Periodista, exjugador de baloncesto, músico y cantante por afición, Ion Aramendi es uno de los rostros más reconocidos actualmente del panorama televisivo. Desde julio de 2022 y con el nacimiento de su hija Marieta es, además, padre de familia numerosa. Junto a su mujer María y sus hijos Jon, de 10 años y Lucas, de seis, completan la familia.
“Tener tres hijos es lo más importante de todo lo que he hecho en la vida”
“Es fantástico ser cuatro hermanos. Recomiendo a todo el mundo ser familia numerosa”
“Soy muy cariñoso, besucón y muy abrazador. Practico el refuerzo positivo permanente para cualquier cosilla que hagan y soy muy jugón”
Como tercero de cuatro hermanos, a ti lo de familia numerosa te viene de lejos… ¿Qué destacarías de esa convivencia y qué te ha aportado el hecho de ser 4 hermanos?
El hecho de ser cuatro hermanos me ha dado el aprender mucho de ellos; aprender de los mayores y sentirme protegido por ellos y a la vez enseñar al pequeño. Además, ser el tercero es una posición muy divertida, porque no eres el mayor, que tienes la mayor responsabilidad y eres la punta de lanza un poco de todo, pero tampoco eres el pequeño.
Y me ha aportado diversión, sobre todo. No nos aburríamos nunca; nos encantaba a todos el baloncesto desde pequeños y lo pasamos muy bien solos. No necesitábamos muchas veces tener amigos o tener a nadie, ni siquiera en vacaciones. Destacaría la propia relación de los hermanos, que es maravillosas. Yo los quiero mucho a todos y es fantástico ser cuatro hermanos. Recomiendo a todo el mundo ser familia numerosa.
¿Y qué recuerdas con especial cariño de esos años?
Recuerdo con especial cariño la infancia y la adolescencia y todo el tiempo que pasé con mis hermanos haciendo planes y estando juntos, a veces con una relación más cercana con unos y luego con otros. Incluso ya de mayores, saliendo también juntos. Y concretamente las navidades las recuerdo con especial cariño, igual porque siempre había mucho jaleo en casa y era muy divertido el ser tantos y una gozada el compartir tiempo con la familia.
¿Qué valores te transmitieron y consideras fundamental inculcar también a tus hijos/as?
Querernos mucho. Eso nos han enseñado siempre, a querernos mucho y a no pelear. Podíamos discutir, pero nunca llegar a peleas fuertes ni traspasar líneas rojas como pegarse, que no estaba consentido en casa. Y sobre todo aprendimos el colaboracionismo entre nosotros, a protegernos, a querernos y a cuidarnos. Eso es lo mismo que yo les intento inculcar a mis hijos; que se cuiden, que se quieran y que no peleen. Que se den cuenta que es maravilloso tener hermanos. Para mí es uno de los mayores regalos que puedo tener de mis padres, junto a una maravillosa educación que me dieron en ser bueno en ayudar a tus hermanos y sentir que la familia es un equipo y eso es genial.
Hablando de hijos, ¿cómo eres como padre?
Como padre soy un padre muy presente en la vida de mis hijos, en su educación, en sus tareas escolares y en todo lo que hacen. Intento establecer una relación de mucha confianza para que no tenga miedo a contarme lo que sea. Mis padres dicen que soy un poco blandito y la verdad es que no soy demasiado autoritario, aunque cuando pego un bocinazo, lo pego. Soy muy cariñoso, besucón y muy abrazador. Practico el refuerzo positivo permanente para cualquier cosilla que hagan y soy muy jugón. La verdad es que juego mucho con ellos, adaptándome a los gustos y edad de cada uno.
¿Y qué te gustaría que ellos recordaran de ti como padre?
Me gustaría que me recordaran como un padre amoroso y cariñoso que les ha apoyado siempre; que les ha querido en todas las circunstancias y que, aunque les riña porque a veces hagan las cosas mal, siempre ha estado ahí para ellos y por ellos.
¿Qué papel juega en tu vida el hecho de serlo y además de tres hijos?
Yo soy un padre muy vocacional y desde siempre me han gustado mucho los niños y siempre he querido tener hijos. Para mí, tener tres hijos es lo más importante de todo lo que he hecho en la vida. El nacimiento de mis hijos es lo más importante que me ha pasado y tenerlos es lo que ocupa el 60 o el 70% de mi espacio mental y gran parte del espacio de mi corazón. Yo no sería yo, ni de coña, si no hubiera sido padre, o sea, que soy el tío más feliz del mundo, gracias a ellos.
¿Y cuál consideras que es el reto más complicado que tienes como padre?
Su educación. Yo quiero contribuir a que sean seres humanos autónomos, independientes y buenos e intento que sean el mejor ser humano que sea posible, dentro de sus capacidades y de sus limitaciones, que las tienen. Para mí el reto mayor es conseguir que terminen siendo buena gente, que no hagan daño a nadie de manera gratuita, que sean responsables, que sean trabajadores y que sean lo más felices posibles.
Creo mucho en la educación emocional y en que tienen que construirse como seres humanos teniendo fortaleza y siendo felices y para mí ese es el reto más complicado en el que seguro que estoy metiendo la pata en infinidad de ocasiones, pero es mi objetivo con ellos.
En tu ajetreada vida profesional actual, ¿cuál es el momento del día o la semana más especial en familia?
En general es el fin de semana, que es cuando podemos pasar más tiempo juntos haciendo lo que sea. O salir a alguna actividad cultural o de ocio o ir al partido de baloncesto del mayor o estar en casa tranquilos viendo una peli juntos y comer una pizza o unas hamburguesas, que para ellos como decimo es la cena especial. Pero para mí también es especial cualquier día que vuelvo del trabajo y me encanta estar un rato con ellos, que me cuenten de su día, ayudarles en los estudios o leyéndoles cuentos y tener a la pequeña en brazos colgada como si fuera un mono.
¿Y el más complicado? Porque, además, la conciliación no será sencilla en muchas ocasiones…
El momento más complicado es cuando tengo mucha carga de trabajo. Tres días a la semana me voy muy pronto por la mañana y vuelvo tarde cuando ya han llegado del cole y muchas veces lo hago muy cansado. Mi trabajo suele ser agotador y muy exigente en todos los sentidos y hay días que me cuesta ser el padre perfecto, la verdad. Necesito un poco de relax o de descanso y es verdad que ellos todavía tienen mucha energía. Ahí tiro para adelante con ellos y sigo intentando jugar y pasar el mejor tiempo posible, porque ellos no se merecen que mi tiempo sea tirado descansando mientras ellos siguen con la vida.
Pero para sacar adelante así a una familia con tres hijos, tendrás que hacer un buen equipo con tu mujer, María….
María es la clave de la familia. Los dos somos un poco la cúspide de la pirámide, pero María es la que concilia más la vida familiar. Yo ahora estoy en un momento de mucha carga laboral y si no fuera porque está María de una manera extraordinariamente sacrificada y generosa como ha sido ella, sería muy muy difícil conciliar esta vida familiar. Ha hecho un sacrificio enorme y lo da todo por sus hijos. Para mí es la pieza clave de esta familia, la que consigue engrasar todo, la que consigue tener todo en la cabeza para que todo fluya, para que todo vaya bien con los estudios, con los médicos y todo. Estoy eternamente agradecido a María.
En el contexto demográfico actual, ¿qué consideras que aportamos las familias numerosas? ¿Está bien valorado?
A la sociedad aportamos más personas, que puedan contribuir y ayudar a que se mantenga y siga creciendo. Aunque tampoco considero que seamos ningunos superhéroes; somos gente normal, que ha decidido cada cual tener más hijos por sus motivos. Aunque sí considero que tener tres hijos es un enorme sacrificio y nos exige mucho a los padres y, al igual que a otras personas que hacen un sacrificio, debería estar mejor recompensado y tratarnos algo mejor.
Para lograr más avances, ¿consideras necesaria o importante la labor de asociaciones como Hirukide?
Considero que asociaciones como Hirukide son fantásticas para ponernos en contacto a las familias numerosas. Para saber qué ventajas tenemos, para apoyarnos, para entendernos y también para que todo el mundo sepa lo importante que es el sacrificio que conlleva tener muchos hijos. Desde luego, son asociaciones fundamentales en la sociedad.
Por último, ¿qué consejo darías a los padres jóvenes que vean con vértigo el hecho de tener varios hijos?
Les diría que no tengan miedo. Nosotros tuvimos nuestro primer hijo teniendo dos sueldos que no eran altos y con una vida bastante ajetreada, que no era nada estable y con trabajos que eran inestables y oye, somos las personas más felices del mundo. O sea que no tiene que ser la situación perfecta, en el momento perfecto, para tener hijos. Que se animen, que es una maravilla y que es una gozada porque para mí es lo mejor que me ha dado la vida.