Además de ser uno de nuestros ciclistas más reconocidos, habiendo dejado su impronta tanto como deportista como siendo ya director deportivo, Igor es desde hace menos de un año padre de familia numerosa. Junto a Nerea han formado una familia repleta de mujeres, con Nahia, de 9 años, Maddi de 5 y Paule de apenas 9 meses.
“A día de hoy pocos padres renuncian a su vida personal por apoyar lo que su hijo hace en un momento determinado”
¿Qué ha supuesto desde tu infancia tu familia para ti, como persona y como ciclista?
Desde pequeño he tenido un gran ambiente familiar, sobre todo por parte de mi madre que son cinco hermanos y siempre han estado muy unidos. Y esos valores que te dan ahí son los que al final te quedan. Siempre he vivido la igualdad en mi casa, tanto por parte de mi aita como de mi ama, pese a que ella siempre estuviera más en casa, mi aita siempre se ha involucrado. En el mundo del ciclismo me metió un tío mío al que le gustaba mucho este deporte e involucró a toda la familia. A partir de ahí entramos todos, mi hermana, mi hermano, mi prima, mis primos,… al final siete primos andando en bicicleta. Mi primo fue profesional, mi hermana incluso llego a ser subcampeona de España en su categoría, y mi hermano Álvaro y yo tuvimos la suerte de tener una trayectoria de doce años como profesionales.
Y además, estando muy unidos ambos hermanos…
Sí, él pasó antes a profesionales, pero siempre hemos intentado apoyarnos el uno al otro, había años que él iba mejor y otros años me tocaba a mí. Es cuatro años mayor que yo, aun que no parezca… Como digo yo, se ha castigado menos (entre risas), pero yo he tenido la suerte de que él me iba avisando de los baches que me podía encontrar, ya que cuando yo llegaba él ya había pasado. Nos hemos dado un apoyo mutuo, en ese sentido hemos dado siempre lo máximo.
Porque para ti, primero como ciclista y posteriormente en los puestos de dirección de Euskaltel, no habrá sido fácil compaginar tu profesión con la familia que has ido formando…
He sido ciclista toda la vida, por lo que cuando mi mujer me conoció ya era ciclista, entonces no conoce otra cosa… Para ser deportista profesional necesitas a una mujer que entienda tu vida, porque si encuentras a alguien que no la comparta, ya tienes un conflicto y seguramente no llegues a conseguir tus objetivos; en esto he tenido suerte. Por otro lado, siempre tienes la cosa de tener familia al terminar con el ciclismo, pero yo decidí tenerla cuanto antes, porque si no ya se te hace muy tarde, así que la primera la tuve con 29-30 años.
Y como padre, ¿cómo se lleva el estar 200 días al año fuera de casa?
Lo tenía asumido, tampoco te creaba ningún conflicto, como ciclista era tu trabajo y no había otro planteamiento. A partir de ahí se tenía asumido por toda la familia. Para mi mujer era más duro, pero para mí era una situación que no tenía otra salida. Por lo tanto, quizás cuando ya dejé el ciclismo y pasé a un equipo profesional como directivo, la cosa cambió un poco. Yo siempre le prometí a mi mujer que cuando dejara el ciclismo iba a estar más en casa y no lo cumplí; eso fue muy duro, sobre todo para ella. Yo pensaba terminar la carrera de IVEF, sin embargo, según dejé la bici me llamaron. Era una oportunidad y aunque ella no estaba del todo de acuerdo… la acepté. Ahora podemos decir que, aunque en un principio fue duro, fue un acierto.
Como deportista, habrás tenido muchos referentes en el mundo del ciclismo… y como padre, ¿los has tenido también?
Mi referente es mi aita; yo he vivido una situación familiar muy normal, nada conflictiva, en la que él ha sido mi referencia. Yo lo tenía idolatrado y siempre ha sido el referente. Entonces a partir de ahí, casi he conseguido lo mismo que él; una familia con tres hijas, con una situación lo mejor posible para ellas… Yo creo que mi padre ha sido y sigue siendo mi referente.
¿Y qué consideras más complicado o exigente en tu labor como padre?
La educación. Sobre todo con la primera “pagas el pato”, y a partir de ahí intentas adaptarte a la responsabilidad. La vida te cambia cuando tienes hijos. Hasta ese momento te dedicas a ti mismo, y ya cuando tienes hijos todo lo haces por y para los hijos y hasta tu mente, cuando estas pensando, piensa todo para los hijos. Tú pasas a un segundo plano o a un tercero.
En el mundo del ciclismo, valores como el esfuerzo, la constancia, el compañerismo o solidaridad son marca de la casa… ¿has conseguido transmitirlos también a tus hijas?
Los padres, sobre todo en los primeros años de vida son fundamentales para transmitir a los hijos todo. Sobre todo a día de hoy yo veo en mi entorno que los padres son bastante egoístas en ese sentido y en su vida propia. A mí, por ejemplo, mis aitas me enseñaron otras cosas, ellos renunciaban a su casa de fin de semana por venir a verme a las carreras, y gracias a eso soy ciclista. A día de hoy pocos padres renuncian a su vida personal por apoyar lo que su hijo hace en un momento determinado. Estamos en una sociedad egoísta, en la que cada uno va a lo suyo.
Pero tampoco es fácil educar… y no hay un manual exacto que te diga lo que hay que hacer en cada momento. Yo creo que cada uno tiene que aportar lo que cree y pienso que los tres primeros años de mis hijas mayores han sido fundamentales. Luego, una vez que ya tengan 13 ó 14 años empezarán a ser más independientes e igual no nos necesiten tanto. Yo creo que de lo que has sembrado algo queda, no tengo ninguna duda.
Como padre de familia numerosa, ¿crees que nuestras instituciones están ayudando lo que deben a las familias con hijos/as?
Yo sé que hay ayudas, de las cuales también nos hemos beneficiado. Yo, cuando he estado en el ciclismo, mi mujer ha tenido que pedir excedencia y cuando ha podido ha trabajado… Pero en muchas ocasiones, las familias numerosas tienen más necesidades y en cambio se mide por el mismo rasero a unas que a otras.
Como familia numerosa, requieres de más espacio, de más medios y tienes una serie de necesidades como vehículos más grandes, viviendas más espaciosas… pero se nos va cobrando el consumo del agua por tramos y me parece injusto cuando se tendría que tener en cuenta el consumo por persona. Son pequeños detalles diarios. Pero es verdad que si se quiere impulsar una mayor natalidad, habría que hacer algo más que dar ayudas puntuales que no son siempre justas y que van un poco a lo general y no a lo que es una familia numerosa.
¿Y qué dirías a la gente que dice que el que tiene tres hijos es porque puede?
Se tiene porque se quiere. Uno puede tener recursos, pero un hijo o hija no tiene que depender de esos recursos; depende del sacrificio, del tiempo, de la dedicación, la cabeza que metas…, por eso digo que la sociedad a día de hoy se está volviendo muy egoísta. Muchas veces la gente no tiene más hijos por el egoísmo, de quiero hacer su vida y no se plantean tener más. Muchas veces me da pena cuando veo una familia con un solo hijo…
Nuestros padres con muchísimo menos y en peores situaciones han salido adelante…
Claro, hoy en día cada uno mira lo suyo y hay gente que tiene muchos hijos y los tiene abandonados o cuidados todo el día por una cuidadora. También hay gente que no tiene más hijos porque no hay proyecto común; tener el primer hijo es la inercia y el primer hijo tensa a veces la situación… y la gente no quiere que pase lo mismo con el siguiente. Siempre hay alguno o alguna que se evade y para ello es necesario el proyecto común.
Bueno Igor, tan sólo nos queda agradecerte esta entrevista y desearte que coseches tantos o más éxitos como padre, que como los obtenidos en el mundo del ciclismo.
Ese es el mayor éxito; yo la satisfacción que le veo a mi aita con los tres hijos por el buen camino.., yo me la imagino, y creo que puede ser la mayor satisfacción que tiene que haber; ver a tus hijos encaminados y que puedan disfrutar de la vida cerca de ti.
Y ya por último, ¿crees que alguna hija te saldrá ciclista?
No lo sé. Ya se verá, pero si les aportara la mitad de valores que me ha dado a mí, no estaría mal. En cualquier caso, lo único que quiero es que ellas sean felices.