«Si queremos que los hijos nos escuchen tenemos que escucharles antes a ellos»

«Si queremos que los hijos nos escuchen tenemos que escucharles antes a ellos»

Fuente: EL CORREO. 27 oct 21.

EL CORREO. 27 oct 21.

La educadora de familias en disciplina positiva Sandra Martín, imparte hoy en la Casa de Cultura (19.30 horas) una conferencia abierta al público acerca de ‘Cómo lograr una comunicación efectiva con nuestros hijos’. Madre de tres niños y embarcada en proyectos como ‘Educar en positivo’ o ‘Crecemos en tribu’, ofrecerá en la charla organizada por Hirukide algunas guías para mejorar las relaciones familiares con amabilidad y firmeza.

«Si no hay afectividad ni conexión la comunicación entre padres e hijos no será efectiva»

–¿Cómo debe ser la comunicación con los niños para que sea efectiva?

Debe ser una comunicación que conecte con ellos. Muchas veces estamos más pendientes de lo que vamos a decir nosotros que de lo que dicen. Cuando son adolescentes estamos preparados para emitir un juicio y cuando son pequeños consideramos que no tienen las suficientes herramientas para poder hacer bien las cosas y nosotros estamos de salvadores y directamente no les escuchamos. No estamos conectados con lo que nos van a decir y con la curiosidad de conocer de ellos.

– Promulga una comunicación basada en la afectividad. ¿Sin afectividad no hay efectividad?

Eso es. Yo creo que si no tenemos conexión no hay efectividad. En familia por supuesto ya tenemos esa parte de afecto, lo que quiere decir que no hace falta gritar, que podemos hablar con respeto para hablar de cualquier tema. Es importante con adolescentes, que igual hay temas más crudos o más preocupantes que con pequeños, pero sí, conectar primero con ellos. Sirve incluso con personas que no son de nuestra familia, con compañeros de trabajo, por ejemplo. La escucha activa es también muy importante.

– ¿Cree que los niños y jóvenes tienen demasiadas distracciones léase internet, móviles, televisión, que no les permite esa escucha activa?

Sí y también creo que tenemos que ver nuestra parte de responsabilidad porque es verdad que nosotros mismos estamos en el parque y estamos con el móvil. Le estás dando al niño en el columpio y estás con el móvil. No disfrutamos de ningún momento de la comunicación. Nosotros les estamos enseñando que mientras hacemos una cosa estamos a otra.

– ¿Replican lo que hacen sus padres, no?

Totalmente. Sí, sí. De ello hablo en la charla. Son nuestro reflejo en absolutamente todo. Si queremos que nos escuchen primero tenemos que escuchar, esto es de manual.

– ¿Qué otras herramientas útiles contiene ese manual?

Una de las herramientas de la que hablaré será lo que sí pueden hacer, porque estamos todo el día con el no en la boca. Y el simple hecho de utilizar el no ya tiene una negatividad implícita. No cojas eso, no corras, no hagas esto, no grites. El ambiente está en negativo. Si le damos la vuelta y le decimos lo que sí puede hacer aparte de tener los recursos nuevos para hacer las cosas de manera diferente el lenguaje ya es mucho más positivo.

– No decir nunca que no, ¿puede llegar a convertirse en una barra libre para el niño?

No. Hay que decirles lo que sí pueden hacer. Cambiar el no por el sí. En lugar de decirles no pintes aquí hay que decirles dónde sí pueden pintar. Si quieres puedes pintar en ese papel, en la pared no pintamos.

– ¿Esto vale también para la adolescencia?

También nos vale. En lugar de decirle que no me grites, que además normalmente lo decimos gritando, es mejor decirles háblame más bajo para que pueda entenderte.

– ¿La conferencia es útil para la comunicación tanto con pequeños como con mayores?

Sí, porque hay veces que simplemente es cuestión de cambiar el lenguaje y las palabras que utilizamos. Obviamente hay palabras que los niños no van a ser capaces de entender y tendremos que utilizar un lenguaje más próximo a su edad. Con los adolescentes podemos hablar perfectamente casi como hablamos con un adulto. Tenemos mucho miedo a la adolescencia y de hecho podemos aprender muchísimo de ellos y tener esta curiosidad de saber su opinión, conocerles y entenderles nos va a dar la oportunidad de que ellos tengan interés también en contarnos, si ven un interés real en nosotros.

– ¿Cuáles son los principales obstáculos que impiden esa comunicación?

El día a día es uno de ellos. Muchas veces las prisas. Al igual que con nuestra pareja no tenemos un momento para hablar de cosas. Esto pasa entre adultos y pasa también un poco con los niños. Las prisas nos pasan una mala pasada a todos y tenemos que tratar de sacar un ratito para hablar con nuestra pareja de nuestras cosas y nuestras preocupaciones. Lo magnífico sería tener un ratito en familia, ya sea semanalmente o cada quince días para hacer una reunión y que todos los miembros de la familia se sientan escuchados y que se les tenga en cuenta.

– ¿En eso consistiría la disciplina positiva?

Sí, la disciplina positiva es amable y firme a la vez. La amabilidad porque hablamos de una manera respetuosa, buscamos soluciones amables para todos los miembros de la familia y la firmeza viene en que el acuerdo al que hemos llegado, el límite que hemos puesto, la norma que se ha puesto en casa se cumple y somos firmes en su cumplimiento. Si nos saltamos esa norma no tiene mucho sentido.