EL CORREO. EL DIARIO VASCO. 20 nov 2022.
Artículo de opinión.
Hoy, 20 de noviembre, celebramos el Día Universal de la Infancia. Un día establecido para llamar la atención sobre la situación de los niños más desfavorecidos y concienciar de la importancia de trabajar por su bienestar.
En una fecha tan señalada como ésta, quiero acordarme en primer lugar de todos los niños y niñas de Ucrania que están sufriendo las consecuencias de la guerra, tanto dentro de su propio país, como desde el exilio, al igual que de los millones de niños en todo el mundo inmersos en conflictos armados o políticos.
En segundo lugar y como hilo conductor de este artículo, quiero poner el foco de atención sobre los miles de niños no nacidos los últimos años en Euskadi y en las ineludibles consecuencias que este hecho va a traer para el resto de niños y la sociedad en su conjunto. Y es que, en los últimos 10 años, el número de nacimientos en la CAPV ha descendido la abrumadora cifra de un 33%, fruto de una paulatina e imparable caída que ha hecho que a día de hoy dejen de nacer un tercio de los niños que lo hacían hace un decenio. Y todavía no hemos tocado fondo, ya que esta misma semana hemos conocido que el primer semestre de este año ha descendido otro 2,35 % respecto al mismo periodo de 2021.
Por ello, en un día como el presente, no puedo dejar de sentir cierta frustración, a la par que inquietud. Frustración, porque nos encontramos ante una realidad que entidades como Hirukide venimos anunciando a nuestros políticos y gobernantes desde hace años en numerosas ocasiones, en los que les preveníamos de una situación que ya percibíamos, para la cual requeríamos medidas urgentes y de calado. E inquietud, porque parece que el problema puede convertirse en algo endémico y estructural en nuestra sociedad, que vemos cómo envejece a marchas forzadas y amenaza con hacer aguas a nuestro sistema de bienestar.
La envergadura del reto al que nos enfrentamos va más allá del estricto marco de la demografía y afecta también a aspectos que tienen que ver con la sostenibilidad social y económica de nuestro territorio, hasta el punto de que ha obligado al Gobierno Vasco a poner por fin el problema demográfico en el centro de su agenda política. Pero, llegados a este punto, vemos que no hay fórmulas mágicas para revertir de la noche a la mañana años de regresión y estancamiento. Las medidas necesarias para afrontar los cambios demográficos llevan demasiados años fuera del ámbito de las decisiones políticas y ahora necesitamos POLÍTICA en mayúsculas, con el máximo consenso político y social, ya que este tipo de problemas de largo alcance superan el margen de actuación de un solo gobierno y sus efectos van mucho más allá del plazo de una legislatura.
Desde Hirukide hemos ofrecido nuestra colaboración y trasladado propuestas en múltiples ámbitos administrativos, recordando la necesidad de articular una sociedad más amigable con las familias con hijos y solicitando por su parte un mayor apoyo a aquellas que más están aportando al futuro de nuestra sociedad. Pero nuestro esfuerzo en muchas ocasiones ha caído en saco roto, siendo llamativo que ahora se quiera facilitar e incentivar que las parejas tengan hijos, mientras se desoye o ignora a las que han tenido o querrían tener más. No debe olvidarse de que para el sostenimiento de la sociedad el número de hijos por pareja es mayor que dos y máxime si se quiere compensar el creciente número de los que no quieren tenerlos.
Junto a la batería de medidas que hemos solicitado y propuesto en ámbitos como conciliación, vivienda, fiscalidad, educación, transporte o sanidad, hemos reiterado la necesidad de concienciar a la sociedad. Porque, junto a todas las causas económicas y laborales, nos encontramos con otras más intangibles, que tienen que ver con un cambio de paradigma en las expectativas y prioridades vitales en nuestra sociedad, en la que tener hijos va perdiendo protagonismo. Y es que, al innegable coste económico que supone tenerlos, se añade para muchos jóvenes el dilema que conlleva el “coste de oportunidades” que también requiere criarlos; todo aquello a lo que tienen que renunciar, posponer o alterar en sus vidas, para criar, educar y sacar adelante a sus hijos.
Por ello, consideramos necesario llevar a cabo campañas de sensibilización que muestren, tanto a la sociedad en su conjunto la bondad de los hijos, como a cada persona, a cada familia, lo que les aporta el hecho de tenerlos, trasladando en positivo lo que implican la maternidad y la paternidad. En estas campañas deben implicarse las administraciones y las empresas que quieran apostar por el futuro, su propio futuro. No obstante, cualquier medida o campaña que se lleve a cabo, será ineficaz, si al mismo tiempo no se cuida y atiende a las familias que actualmente ya tienen hijos y en mayor medida a quienes más han tenido, que son el ejemplo y reflejo para las venideras.
Ignacio Mª de Guinea Llop
Presidente de Hirukide
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