EL DIARIO VASCO. Las familias numerosas o cómo mantener la magia sin disparar el presupuesto.
Hubo una época en la que Reyes Magos, Olentzeros o Papá Noel debían cargar con grandes sacos llenos de regalos para repartir entre los más pequeños. Era normal que las familias tuvieran más de dos hijos y la categoría de numerosa se la ganaban a partir del cuarto. Pero desde hace un par de décadas la cosa cambió. El descenso de la natalidad ha conllevado que los núcleos familiares sean más reducidos y, por tanto, el volumen de los sacos navideños haya adelgazado considerablemente. Por eso los encargados de portar los regalos a las familias numerosas, las que tienen tres hijos o más, se han enfrentado estos días a un sobreesfuerzo, no solo por el peso de los presentes, mayor de lo habitual en otros domicilios, sino porque deben agudizar el ingenio, no repetirse y acertar con los gustos de todos, sin disparar el presupuesto.
Los Reyes Magos son bastante comedidos en la familia de Paco Palomo y Yolanda Gómez de Astigarraga. «Juguetes los justos» para que no «se les vaya la cabeza» a Jorge, June y Hugo. Un par de regalos «y no muy caros» para cada uno. Aunque estos padres reconocen que cuando nació el mayor, al principio «nos desmadramos, era el primero y la cosa se desbordó porque todo el mundo le compraba algo». Después decidieron racionalizar, «no solo por una cuestión económica porque no es lo mismo tener un hijo que tres», sino también por los críos «porque es una forma de educarlos».
Melchor, Gaspar y Baltasar tienen fácil acceder a esta casa porque cuentan con una terraza grande donde siempre se encuentran un plato con zanahorias para los camellos y leche para reponer fuerzas. Pero este año han tenido que cambiar la dirección de sus GPS porque la familia se ha ido a Toledo a pasar estos días a casa de los abuelos paternos. «Afortunadamente han recibido el aviso», comentaba ayer Paco por teléfono.
El pequeño, Hugo, tiene 3 años y estas navidades ha comenzado a darse cuenta de lo que son las fiestas y esperaba con expectación la llegada de los Reyes. Sus hermanos, Jorge, de 13 años, y June, de 10, han ayudado a sus padres a mantener la magia «porque a ellos también les gusta todo el paripé». Así que el viernes, cuando cogieron el coche para ir hasta Toledo, ejercieron de pajes para ayudar a trasladar los regalos.
Cuando ayer por la mañana despertaron, Hugo se encontró un juego de la inevitable Patrulla Canina y un disfraz de Thor, «porque le encantan los superhéroes». El traje le servirá para los próximos Carnavales porque sus padres buscan regalos que tengan recorrido, que no sean de un uso efímero y que se puedan aprovechar.
A June los Reyes le conocen bien y saben que todo lo artístico le encanta, por eso le han dejado un caballete, un estuche y pinturas. Por su parte, Jorge, «el tecnológico», recibió unos auriculares y un videojuego. No faltaron los libros que habían pedido para ellos sus abuelos.
Hasta ahora han sido sus Majestades quienes se han acercado por estas fechas al domicilio de los Palomo Gómez, pero posiblemente en las próximas navidades darán el relevo a Olentzero «para que puedan disfrutar un poco más durante las vacaciones».
Entre Olentzero y Reyes
La mañana de ayer de Liam, Alma y Aizea de las Heras Auzmendi fue más tranquila que la del pasado día 25, cuando llegó el Olentzero, pero los Reyes Magos no se olvidaron de estos trillizos de Lazkao. En su caso hay que desarrollar el ingenio porque sus gustos son muy diferentes y tienen muy claro lo que quieren. Es el carbonero el que deja la mayoría de los presentes por una razón muy concreta: el próximo jueves, el día 10, es su cumpleaños y volverán a tener regalos.
Tienen 9 años y en su entorno de la ikastola está el rumor de que los magos no son tan magos, pero ellos todavía mantienen la ilusión, como explica su madre, Nekane. «Algo han preguntado, están con la mosca detrás de la oreja, pero este año se han decantado por la magia».
El Olentzero fue bastante generoso. Liam llevaba bastante tiempo detrás de una Playstation, la pidió en la carta que escribieron hace más de un mes, y se la trajo. Por su parte, Aizea y Alma recibieron un patinete eléctrico y una tablet respectivamente. No faltaron tampoco juegos de construcción, en concreto, ‘legos’. «En casa se compagina lo que quieren ellos con artículos que tengan una utilidad. Hay que huir de los juegos con los que solo están un día. Deben poder usarse todo el año o más». También se tiene en cuenta que puedan compartirlos los tres, cosa que este año se ha conseguido.
Nekane Auzmendi critica el exagerado bombardeo que sufren los niños, «sobre todo en la televisión» con todo tipo de juguetes. «Por eso empiezan a escribir la carta tan pronto y luego la quieren cambiar varias veces».
Los Reyes de este año han sido prácticos y han optado por unos pijamas «que nunca vienen mal» porque «somos una familia numerosa, las ayudas son muy escasas y el desembolso económico en estas fechas es importante, es un dineral sobre todo con regalos tecnológicos. Además, con su cumpleaños tan cerca, este jueves día 10, el gasto aumenta un montón». Desde varias semanas antes de las fiestas estuvieron mirando las ofertas y descuentos y al final optaron por hacer los encargos a través de internet.