¿Cómo protejo a mi hijo de internet?

¿Cómo protejo a mi hijo de internet?

Fuente: EL DIARIO VASCO.

EL DIARIO VASCO. Donostia acoge un congreso sobre la seguridad de los menores en la red dirigido a padres. El evento, que se celebrará el próximo sábado en el Kursaal, está organizado por Hirukide, la Federación de Familias Numerosas de Euskadi

Una familia se sienta después de cenar a ver un rato la tele. La madre habla por el móvil, el padre consulta su tablet, y los hijos comparten fotos y comentarios en sus redes sociales. Todos se están comunicando, solo que no entre ellos. Una escena con la que seguro muchos progenitores se identifican. Y lo más común es que estos desconozcan qué tipo de información comparten sus hijos a través de internet y con quién lo hacen. De este y muchos más temas se hablará el próximo sábado en el congreso organizado por Hirukide, la Federación Vasca de Familias Numerosas, que este año reunirá a expertos en ciberseguridad, internet y menores bajo el título ‘Familia y Valores en la Red’. Cinco ponentes que participarán en el evento coinciden en que no hay que prohibir, sino educar.


Dónde y cuándo: En el Palacio del Kursaal el 21 de octubre.
Programa: De 10 a 18 horas, ponencias y tertulia en las que participarán expertos en menores y ciberseguridad.
Inscripción: Abierta a todo el mundo. El plazo termina mañana y las plazas son limitadas. La inscripción es gratuita y se puede hacer a través de la web www.hirukide.com/8congreso.


Las preguntas a los ponentes:
1. ¿Qué errores cometen los padres a la hora de dar acceso a internet a sus hijos?
2. ¿Cuáles son los peligros a los que se exponen los menores en la red?
3. ¿Puede relatar algún caso que sirva de ejemplo para reflejar esos riesgos?

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«Suplantar la identidad es la principal vía de engaño»
JORGE BERMÚDEZ / FISCAL EN GIPUZKOA DE CRIMINOLOGÍA INFORMÁTICA

1. El principal error es, ante el desconocimiento de muchos progenitores sobre las tecnologías que usan sus hijos, caer en la falsa dicotomía de permisividad total o prohibición absoluta. Es difícil, y máxime con la ajetreada vida de hoy en día, pero hay que procurar acompañar a los menores en su proceso de descubrimiento. No se puede compensar su mayor facilidad de aprendizaje, pero sí aportar el sentido común del adulto.

2. Hay que tener en cuenta que internet se diseñó para que la información llegara del punto ‘A’ al ‘B’, salvando distancias y obstáculos. En consecuencia, no se diseñó para ser segura, ni para garantizar que la persona que opera la máquina ‘A’ sea realmente quien dice ser. La suplantación de identidad, fingir que uno es quien no es realmente, es la principal vía para engañar a los adolescentes y llevarles a donde el depredador o el estafador quiera.

3. En los casos de acoso sexual a menores, el autor de los hechos siempre se presenta como un menor de edad parecido a sus víctimas, y de intereses similares, que puede haber conocido a través de la información que vamos proporcionando alegremente en redes sociales. En estos casos, y en algunos de inducción a un suicidio concertado, como la famosa ‘ballena azul’, es frecuente que el culpable cree varios perfiles falsos, que simulen la existencia de un grupo de gente con la misma opinión, aprovechando la necesidad de aprobación y pertenencia a un grupo que tienen los adolescentes. Así, el menor siente que no es un bicho raro, que no hace nada peligroso, ya que hay otros como él que hacen lo mismo.

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«Los desconocidos tienen gran poder de influencia»
SELVA OREJÓN / PERITO JUDICIAL EN IDENTIDAD DIGITAL, REPUTACIÓN E IMAGEN

1. Hay muchos padres y madres que no tienen muy claro a partir de qué edad pueden tener acceso directo a ciertos tipos de contenido, y no suelen vigilar ni controlar cuáles son las apps que usan, los contenidos a los que acceden, con quién se relacionan, qué tipo de conversaciones tienen… Además un error común es la reacción de enfado, escándalo o reprimenda a la curiosidad que se despierta en los niños, especialmente en situaciones donde el menor se ha empezado a escribir con desconocidos, está sufriendo acoso, coacciones o extorsión. Los padres y las madres deberían generar un clima de confianza, escucha activa y ser siempre el referente de los menores para que estos se sientan escuchados y recogidos emocionalmente cuando algo malo puede estar ocurriendo.

2. Los principales peligros son las pseudo relaciones online con extraños, o con quienes creen ser conocidos, y que pueden generar un gran poder de influencia en su auto opinión y sobre sus acciones. A menudo estas situaciones desencadenan, sin intención de ser alarmista, en situaciones graves en las que fruto de esta pseudo confianza, se establecen conversaciones de intercambio de información como fotos, vídeos, videocalls a tiempo real donde los niños harían mucho más de lo que algunos adultos les ven capaces de hacer.

3. Uno a destacar es el de un menor que no había revelado su condición sexual, este no cerró correctamente su sesión en Instagram en la tableta de la clase de informática y el siguiente alumno que vino, accedió a su cuenta e hizo públicos los mensajes de la red, usuarios a los que seguía… dando a conocer su condición sexual y la ridiculización del niño fue pública. Otro caso fue el de una mujer a la que sustrajeron el móvil y en cuestión de dos horas todo el material audiovisual sensible que tenía con su pareja fue compartido por internet. La hija de esa pareja, menor de edad, ha sido y es perseguida entre risas y escarnio por las acciones de los padres.

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«Lo que más abundan son extorsiones o chantajes»
DAVID BARROSO / EXPERTO EN CIBERSEGURIDAD

1. El principal error es el de prohibir frente a educar. Muchas veces no sabemos cómo enfrentarnos a los peligros que puedan afectar a nuestros hijos y la opción más rápida es la de prohibir el acceso o limitarlo. Casi siempre esta opción es totalmente contraproducente, y al final obtenemos el objetivo contrario. Es mucho más difícil y más laborioso educar a nuestros hijos a hacer un uso responsable de la tecnología y de internet, pero a la larga obtendremos mejores resultados.

2. Los jóvenes y menores de edad no son conscientes de que cuando se publica algo en internet, dejamos de tener control de quién tiene acceso: fotografías, vídeos, grabaciones de voz, etc… Además, el acceso por parte de una persona acosadora a cualquier otra persona es relativamente fácil en internet, sumando el hecho de que muchas veces las apariencias engañan. Es necesario que sean conscientes de que la tecnología puede ser utilizada para fines benignos o malignos, además de que sean conscientes de que debemos cuidar la privacidad del individuo.

3. En el caso de personas jóvenes, lo que más abundan son las extorsiones o chantajes. En cuanto un delincuente puede obtener alguna foto o vídeo comprometido, la mayor parte de las ocasiones se producen extorsiones para poder obtener más material o simplemente por motivos económicos. Estas extorsiones pueden venir de gente externa o incluso gente conocida, con lo que es importante ser consciente de estos riesgos y evitar cualquier situación que pudiera ser el origen de una de estas extorsiones.

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«Llevan sus acciones más allá de los límites legales»
RUTH SALA / ABOGADA PENALISTA, ESPECIALISTA EN DELITOS TECNOLÓGICOS

1. No son tanto errores sino falta de conciencia. Yo escenifico ese ‘permiso’ de los padres a los hijos como si les dieran las llaves para utilizar su coche y circular por la autopista, donde todo sucede de forma veloz y puedes encontrar conductores de todo tipo. Una tableta es inofensiva, pero el acceso a la red supone, para el menor, introducirse en una autopista donde, además, no puede ver quién hay detrás de cada perfil, y eso lo hace mucho más arriesgado. De la misma manera que el adulto conoce las normas de circulación en vehículo, debería conocer y transmitir a sus hijos las normas básicas de «circulación» por la red. Tener conciencia de unas pequeñas medidas de seguridad para preservar su identidad, su intimidad y estar alerta a cualquier posible intento de ser captados por terceros.

2. A los menores no les preocupan las redes sociales. Al contrario, creen que los adultos tenemos un exceso de celo sobre ello. Para ellos la navegación por la red y la comunicación a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea forma parte de su crecimiento y entorno natural. Sin embargo, la sensación de anonimato y la falsa creencia de que en la red se puede decir y hacer todo, hace que lleven sus discusiones y acciones más allá de los límites legalmente permitidos. Se convierten, muchos de ellos, en acosadores. Utilizan unos contra otros imágenes privadas y conversaciones íntimas difundiéndolas por la red. Pueden ser captados por redes de pederastia y ser acosados y extorsionados con exigencia de imágenes sexuales.

3. Los principales peligros son los de acoso por sus iguales y por adultos, el ciberbullying. Sufren el grooming, cuando son captados por un adulto y les extorsiona obligándoles a que les envíen imágenes en ropa interior o desnudos. Pueden formar parte de redes de pederastia. Sufren muchos de ellos suplantación de identidad al compartir sus usuarios y contraseñas de acceso a plataformas, lo que da lugar a que terceros publiquen comentarios en su nombre o les atribuyan acciones delictivas. Entre menores que han compartido imágenes íntimas, sexting, pueden ser víctimas de la divulgación de esas imágenes no consentidas y provocar un descenso de la reputación puntual y condicionante, a la vez, del futuro.

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«Los propios chavales son sus mayores enemigos»
JESÚS PERNAS / DIRECTOR DE UN COLEGIO Y FUNDADOR DE ACOMPÁÑAME EN LA RED

1. Los niños tienen exceso de información pero falta de formación respecto a internet. Es fundamental que los padres tengan una capacitación digital básica, y poder comunicarse con sus hijos estando a su lado, y no detrás de ellos como ocurre comúnmente. Buscar con ellos vídeos, información y contenidos en internet, y enseñarles a tener espíritu crítico, para que sepan distinguir lo que es cierto de lo que no lo es, que en la red muchas veces se distorsiona. También e deben establecer acuerdos sobre, por ejemplo, la gestión de los tiempos. Crear un horario de uso del móvil en casa, tanto para los hijos como para los padres. Y es muy importante que los padres hagan que sus hijos se pregunten para qué usan las redes sociales.

2. Las redes sociales triunfan entre ellos porque son un fenómeno emocional. Yo al principio pensaba que el mayor peligro para los menores en internet eran los pedófilos, pero los mayores enemigos son los propios chavales. El ciberbullying es un problema que tiene un alcance brutal, ya que un hecho que ocurre en un colegio a los pocos segundos lo conoce tu prima que vive en otra localidad, por lo que el daño es muchísimo mayor. Ellos cuentan y comparten toda su vida y sus sentimientos a través de las redes, y buscan amor y cariño donde nunca lo van a encontrar.

3. Hubo un chico que comentó una foto de una chica en Instagram, diciéndole que era muy guapa. Al poco tiempo se puso en contacto con él el novio de la chica, diciéndole que si no le daba 50 euros le partía la cara. El chico estaba atemorizado, y se descubrió que el extorsionador ni siquiera conocía a la chica. Otra menor conoció a un chico de 19 años a través de un juego en la red tipo Trivial, comenzaron un contacto y ella se enamoró. La madre de la chica descubrió en su movil fotos de sus pechos y la investigación reveló que en realidad el hombre tenía 39 años. Además todos los veranos recibimos unas 30 o 40 llamadas porque los chavales se dejan sus redes abiertas en los móviles de sus padres y a través de wifis se roba su información y les extorsionan amenazando con publicar sus fotos o vídeos.