«Todo lo que sea imponer, el adolescente lo va a rechazar»

«Todo lo que sea imponer, el adolescente lo va a rechazar»

Fuente: EL DIARIO VASCO

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La ponente de la charla organizada por Hirukide hoy en Donostia fomenta el acompañamiento y el diálogo, además de dar autonomía a los hijos
Fuente: EL DIARIO VASCO

¿Cómo lidiar con la adolescencia y ayudar a nuestros hijos e hijas a sacar lo mejor de sí mismos? Quienes se sientan seducidos por la valiosa respuesta pueden acudir hoy, a las 19.00 horas, al salón de actos del Centro Cultural Okendo. Allí tendrá lugar una conferencia organizada por la Federación de Familias Numerosas de Euskadi Hirukide dentro de sus Ciclos de Parentalidad Positiva. La ponente, Lidia Aguilera (Vitoria, 1983), avisa: «No hay recetas mágicas». Pero avanza estrategias desde el ‘coaching’. Escucharlas es gratis.
– Por acotar. ¿De qué edades hablamos al referirnos a un adolescente? 
– La edad se ha ido adelantando en los últimos tiempos. Una chica ya puede notar los cambios propios de la etapa con doce o trece años. Un chico, algo más tarde. Eso en general. Luego hay casos de todo tipo.
– O sea que eso de que ahora vienen adelantados es verdad…
– Sí, aunque no hay estudios que acierten a decir por qué, es verdad. Yo tengo mi opinión personal pero no hay nada oficial.
– ¿Cuál es su opinión?
– Pues que la sociedad es ahora más exigente. Queremos que los niños lo hagan todo antes. Que sepan hablar antes, que aprendan inglés antes, que anden antes… Pero es una opinión subjetiva mía. Hay teorías que dicen que en veinte años vamos a cambiar lo mismo que en los dos mil años anteriores. En fin…
– ¿Cuáles son los síntomas de la adolescencia?
– Primero, los cambios corporales. Se desarrollan los caracteres sexuales. Se empiezan a hacer adultos. Luego están los cambios a nivel cerebral y a nivel de relaciones. Madura el sistema límbico, que es la estructura que regula las emociones. Y también la parte frontal del córtex cerebral, que tiene que ver con la planificación y la toma de decisiones. Hasta que se compensan estos dos sistemas hay comportamientos difíciles de gestionar.
– Por ejemplo…
– Los más evidentes son el estallido emocional, el sentirse incomprendido y el desorden. Por eso un adolescente es, por lo general, desorganizado.
– Ahora sí, ¿cómo lidiar con la adolescencia?
– La adolescencia es la etapa en la que los jóvenes, en ese tránsito entre la niñez y la edad adulta, tienen que construir su identidad y su personalidad propia. Se desligan de los patrones familiares y se empiezan a fijar en amigos, artistas o deportistas. Cuestionan lo que viene del ámbito familiar. ¿Cómo lidiar? Fundamentalmente acompañándoles. Ayudándoles a reflexionar y a cuestionarse las cosas.
– Acompañar… suena más a amigo que a padre o madre.
– El rol tiene que seguir siendo de padre o madre, otra cosa tendrá que ser el carácter autoritario. Hay que permitir autonomía al adolescente y respetar los momentos. Habrá veces en las que no nos necesiten. Que no quieran hablar. Conviene respetar las distancias porque están en pleno proceso de liberarse de las ataduras familiares. Cuando lo requieran, eso sí, hay que estar ahí.
– ¿Y cada cuánto tiempo se supone que es sano mantener una conversación con el hijo adolescente? 
– Más que una periodicidad conveniente, lo importante es no imponer ese momento de encuentro. Que se produzca de manera consensuada. Todo lo que sea imponer, el adolescente lo va a rechazar.
– ¿Y si los padres ven que el hijo o hija va desencaminado en algunos de los ámbitos de su vida? 
– Es importante cómo una familia ha gestionado la situación cuando el hijo o hija ha cometido errores. El adolescente no va a aceptar un
castigo. Habrá quienes, por miedo, no hagan algo, pero si no hay opción para elegir cómo abordar una norma, no hay espacio para la responsabilidad. Es importante que perciba que los padres son tolerantes con el error y lo utilizan como aprendizaje. Lo que no haga con 15 años porque los padres no le han dejado, lo hará luego con 19 ó 20.
– ¿Qué hacemos con el tema de las drogas o el alcohol?
– Lo mismo. Dialogar y acompañar. Habría que ver qué le ha llevado al adolescente a hacer eso. Igual nos está llamando la atención por algo. Cuando siente que no va a ser reprendido, es más sinceros. La manera de que confíe en nosotros es que nosotros también tengamos confianza en él. Tiene derecho a equivocarse. Si siempre estamos encima, no tiene esa oportunidad de cometer errores.
– O sea que no se pueden evitar.
– Si un hijo viene muy borracho a casa, no vale de nada castigarle tres fines de semana sin salir. Habrá que preguntarle por qué lo hace. Qué le ha llevado a eso. Es importante confiar en ellos. La mayoría son sensatos.
– ¿Y en los estudios? ¿Hay que exigirles más o dejarles tranquilos?
– Es muy habitual eso de que los padres pidan más porque consideran que el hijo o hija puede dar más. Que se les diga qué es lo que necesitan. Lo que fomentamos es que les acompañemos en su proceso evolutivo y les ayudemos a que desarrollen en plenitud todo su potencial. Igual hay que preguntarles cómo se sienten cuando sacan una determinada nota. Hay que dejarles ver que ellos tienen su semilla y la tienen que florecer. Que nosotros solo la vamos a regar.
– ¿Son las notas un indicador de que algo pasa en sus vidas?
– Yo diría que hay que relativizar lo de las notas a no ser que haya un cambio drástico en muy poco tiempo. Por lo demás, tenemos que ayudarles a que encuentren esa motivación interna, no externa. Hay que darles la opción de que elijan hasta cuánto quieren dar.
– ¿Qué errores habituales cometen los padres con sus hijos?
– Uno muy común es dar soluciones cuando vienen con una determinada situación. Otro, juzgar antes de que ellos mismos juzguen su propia actuación. Es importante el tipo de conversación que se tiene con ellos. No conviene que hablemos desde ese lugar desde donde decimos lo que necesitan.
– Ha hablado de desligarse de los patrones familiares pero, ¿no se acaban comportando muchos en su edad adulta como sus padres? 
– Sí. Hay actitudes familiares que un adolescente se cuestiona y elige otros caminos. Pero hay comportamientos inconscientes que reproduce sin darse cuenta. También es importante que los padres sepan que así como hay una época en la que los hijos se alejan, luego vuelven cuando han culminado su proceso de madurez. Por eso merece la pena perseverar en el acompañamiento y seguir con la escucha activa.