Hermanos Eguibar Bretón

Hermanos Eguibar Bretón

En esta ocasión entrevistamos, no a una madre o padre de familia numerosa, sino a tres hermanos donostiarras, que son ejemplo de unidad, superación y energía, rasgos muy presentes en el ADN de las familias numerosas. 

 

“Ahora de repente no puedo trabajar, no tengo casi memoria, no puedo andar normal, no puedo ni hablar normal… pero aun así soy muy muy feliz”

 “Para mí un hermano es como un bastón. Un bastón que te ayuda, a veces te guía, otras veces te empuja, te apoya y siempre te acompaña, te abraza y te besa”

“Yo veo a los hijos como el resultado de los padres. Inicialmente de manera genética y posteriormente con su educación y valores”

En septiembre de 2013, con 21 años, Nico tuvo un grave accidente de moto que le ocasionó graves lesiones cerebrales. Tras mes y medio en coma, comenzó una ardua recuperación y una nueva vida lejos del deporte, gran pasión de la familia. Su historia de fuerza está ligada a la de sus hermanos Sara y Lucas, este último, campeón del mundo de Snowboard en 2021 y gran referente nacional de este deporte. 

Nico, nos trasladamos a ese fatídico día de septiembre de 2013, ¿qué sucedió?

N: Yo en ese momento era muy afortunado, ya que había terminado mi carrera de ingeniería y a pesar de mi juventud y mi inexperiencia laboral, acababa de conseguir un puesto de trabajo como ingeniero comercial, pero aquella situación de gloria y felicidad no me duró demasiado. Después de mi cuarto día de trabajo, me dirigía a casa en moto y aproximadamente a un kilómetro de llegar, un coche que venía en sentido contrario se cruzó en mi carril, para meterse a un camino que había en mi lado de la carretera. La maniobra era legal, pero lo hizo muy lentamente y como había una curva yo no pude verlo. Frené, derrapé, me caí y rodando me debí chocar contra el coche a una velocidad de entre 50 y 70 km/h. Todo esto se supone por la información de los peritos y del hombre que conducía, ya que yo perdí la memoria de esos últimos años y ni siquiera puedo recordar nada de ese año.

Multitud de mágicas casualidades se dieron aquella noche y por las cuales yo estoy hoy con vida… Bueno y después del coma y cuando empezó la recuperación las cosas magníficas siguieron sucediendo, como con el hospital de rehabilitación. En las lesiones cerebrales, y más en las de gravedad como la mía es muy muy importante un buen proceso de rehabilitación. Y resultó que el segundo mejor hospital del mundo en rehabilitación neurológica estaba a una hora de mi casa. Entonces mi familia y amigos podían venir a verme en las horas de visita sin que esto afectase a sus jornadas laborales.

¿Y cómo fue el proceso desde ese momento?

N: Hombre, jeje, fácil no fue. Pero tampoco buscaba yo demasiados porqués. Como la lesión fue en la cabeza, yo no tenía el cerebro tan recuperado como ahora mismo, entonces a mí me decían que había que hacer unos ejercicios o una terapia y yo sin buscar ningún porqué, lo hacía. Digamos que no era consciente de mi situación. Y ahora tampoco lo soy, y por favor ¡que esa ola de racionalidad no me llegue nunca!

Porque imaginaros hacer todo lo que hacía yo antes, campeón de España de esquí alpino, selección española de rugby, experto corredor de los encierros de San Fermín, torero aficionado, ingeniero, vida social muy activa, vida laboral muy activa, una vida muy todo en casi todos los aspectos. Y ahora de repente no puedo trabajar, no tengo casi memoria, no puedo andar normal, no puedo ni hablar normal… pero aun así soy muy muy feliz, y no es gracias a la racionalidad. ¡Así que espero que no me llegue nunca!

¿Cómo valoras el apoyo de la familia y especialmente de tus dos hermanos durante esos meses?

Está demostrado que cuando el cerebro está a gusto, en comodidad, risas y en familia, las ondas y energías fluyen más y mejor. Y se dio que en las horas de visita estábamos siempre a carcajada limpia, gozando, contando historietas, que hasta tenían que venir las monjas a pedirnos que bajáramos el volumen. Y ya cuando me decían que mi hermano había ganado alguna carrera, o que mi hermana había aprobado un examen, era… energía yendo y viniendo cuál central eléctrica.

Y vosotros Sara y Lucas, ¿cómo lo vivisteis? Porque en ese momento teníais 19 y 18 años…

S: Yo tengo un recuerdo perfecto de ese día. Estamos juntos, Lucas, mi madre y yo viendo una película del Festival de Cine de San Sebastián. Justo era de un chico que había tenido un accidente haciendo Snow y se estaba recuperando de una lesión cerebral. Y en mitad de la película nos llamó mi padre para decirnos que Nico había tenido un accidente. Subimos al hospital y bueno, pues al principio muy duro. Con una incertidumbre constante y viendo cómo iba evolucionando algo que no dependía nada absolutamente de nosotros. A todos se nos rompieron los esquemas que teníamos. Yo acababa de empezar la carrera y al principio me fue imposible ir y seguir las clases, aunque luego poco a poco volví. De esa época también recuerdo cómo la familia y amigos respondieron de una manera increíble.

L: Fue todo muy de sopetón. Yo me estaba preparando para los Juegos Olímpicos y estaba bastante centrado en ello y todo lo que ocurrió me hizo incluso llegar a plantearme no seguir. Pero luego, como fue todo mejor, me fui incorporando al equipo, a los entrenamientos y todo eso. Son momentos que nadie desea que le toquen. Fue muy duro. Lo bueno es que, como han dicho, todo nuestro alrededor reaccionó muy bien porque nos unió muchísimo a todos. Nos juntábamos como 15 personas cada día en la sala de espera de la UCI, aunque sólo podían pasar dos…

Y fue un proceso muy largo

S: Sí, en las películas parece que la gente se despierta del coma y de un día para otro ya está bien. Pero no, primero mueve un dedo, luego una mano y es un proceso muy, muy lento, aunque también es verdad que cada movimiento, cada avance que ves te da una esperanza terrible.

A ti Lucas, como has dicho, te cogió en un momento crucial de tu carrera deportiva

L: Sí, yo en 2013 quedé campeón del mundo junior y estaba preparándome para las olimpiadas y me pilló ahí planteándome si dar el salto a profesional. Y en la soledad me llegué a plantear si merecía la pena seguir o hacer otra cosa.

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¿Y qué papel jugó y sigue jugando el espíritu y afán de superación de Nico en tu trayectoria deportiva, en tu entrega y motivación?

L: Pues un papel muy importante. El ver como realmente luchaba, era un ejemplo de lo que es la lucha que tenemos todos y yo lo hago muchas veces a lo largo del año con las competiciones. Aunque también pienso que son mucho más importantes las luchas que tiene cada uno en su vida que las competiciones.

¿Y cómo valoras el apoyo de la familia en todos tus campeonatos por medio mundo, en los éxitos y fracasos?

N: Sí, yo me he sentido muy querido y muy apoyado. Y estoy súper agradecido, porque yo empecé desde la nada, como Sara, que competíamos cuando apenas gente nos venía a ver porque no contábamos con los recursos que tenemos ahora. Y hemos llegado hasta competir en tres Juegos Olímpicos, donde mi familia me ha venido a ver. Hemos conseguido grandísimas cosas y la verdad es que siempre hemos celebrado todo, como si fuese de todos. Somos una familia y un equipo. Y estoy inmensamente agradecido de que me hayan apoyado tanto para que yo pueda cumplir mis sueños. Pero si un día me pasa algo o tengo que dejarlo, pues lo dejaré porque creo que la vida y mi familia son mucho más importantes que todo esto.

Tú, Sara, entonces, ¿también competías?

S: Sí, pero tuve bastantes lesiones y a los 17 años me rompí la rodilla y fue un proceso súper largo hasta que me operaron. Yo tenía muy claro que quería estudiar Derecho y justo la lesión me pilló en el último año del cole y entonces ahí dije, pues igual es mi fin.

¿Y cómo te ha marcado o inspirado la vida y pasión de tus hermanos mayores?

S: Ellos ya lo saben, que estoy orgullosísima de ellos y son increíbles. Cada uno de ellos en su camino lo han demostrado. De Nico hay una cosa que nunca he comentado y es cómo me agobié pensando que él llevaría fatal el no poder coger de nuevo su moto y tener más independencia, al vivir a las afueras de San Sebastián, pero veo que jamás se ha quejado ni ha dicho nada y ahora él coge su autobús… Y ahí veo como es mucho más grande y fuerte de lo que yo creía. Y Nico tiene una gran constancia y sacrificio y, aunque le gusta, hay un gran trabajo detrás. Se ve lo bonito y los podios, pero hay mucho trabajo. Además, a Lucas le encanta estar en casa, con la familia y los amigos y cada vez que se va, sé que le cuesta. Son enormes los dos.

¿Por qué, qué es para vosotros un hermano/a?

N: Para mí un hermano lo asemejo a un bastón. Un bastón que te ayuda, a veces te guía, otras veces te empuja, te apoya o nos apoyamos mutuamente y siempre te acompaña, te abraza y te besa.

L: Pues un poco lo que tenemos nosotros. Un hermano debe ser como un apoyo en muchos momentos. Un hermano es para todo; para los momentos malos, para que esté ahí, y para los buenos, para disfrutarlos con tu familia.

S: Yo creo que es alguien a quien tienes ahí para siempre. Una persona con la que puedes contar para siempre, aunque a veces no tengas tanto trato o haya más distancia. Es todo. Y para nuestros padres, sobre todo para mi madre, es súper importante que estemos unidos y se alegra cuando sabe que estamos juntos. Al final nos han inculcado que la familia es lo más importante y se ve cuando acompañamos a Lucas a las carreras o cuando hacemos aquí comidas familiares.

¿Y cómo definiríais o qué valores destacarías de cada uno de vosotros?

L:  De Nico destacaría lo luchador que es y su capacidad de superación, el saber disfrutar de las cosas y ser feliz. De Sara, su inteligencia, determinación y también el ser disfrutona como todos. 

S: De Nico destacaría su alegría, su valentía y, por descontado, el ser luchador. Y de Lucas destacaría todo lo que es capaz de sacrificar por lo que quiere. Es muy trabajador y constante.

N: De mi hermano sin duda esfuerzo y sacrificio. No hay más que verle dónde está y cómo está sin que nadie le obligue, únicamente porque él lo desea. Bueno, estoy pensando en que esos mismos valores los comparte mi hermana también, esfuerzo y sacrificio. Y añado un tercer valor para cuando los dos terminan de esforzarse y sacrificarse, y este sería su alegría, sus ganas de gozar, de fiesta y celebración.

Se ve que los tres tenéis ese espíritu de alegría y ansia de disfrutar

L: Yo creo que a raíz de lo que ocurrió con Nico, pasamos todos una época triste y vimos la cara B de la vida. Ahora que nosotros vivimos en la cara A, sabemos que la tenemos que disfrutar, porque podemos volver en un momento a la cara B. Y no es tan difícil que pase, por lo que hay que disfrutar de las cosas y no perder el momento.

De esos valores, ¿cuáles os han inculcado vuestros padres?

N: Pues yo veo a los hijos como el resultado de los padres. Inicialmente de manera genética y posteriormente con su educación y valores. Entonces yo creo que los valores también son inculcados con la educación y experiencia de los padres. Ese esfuerzo que hizo mi padre al sacarse una carrera a sus 50 años teniéndola que compaginar con su empleo. Y esto fue por lo mismo que se sacrifica mi hermano tanto, únicamente porque lo deseaba. Y al igual que el sacrificio, gozo y alegría experimentados con mi madre en esta época de mi vida. Porque yo creo que quién peor lo ha pasado durante mi accidente ha sido mi madre. Pero su sonrisa y manera de reír ahora es impagable.

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Y la vida, ¿qué lecciones os ha dado?

S: Que la vida no te pone frente a situaciones que no vas a poder superar. Te pondrá obstáculos, pero si te tocan será porque eres fuerte.

L: Si, yo pienso lo mismo. Hay obstáculos y hay que superarlos poco a poco, pero de todo se sale y al final la vida merece la pena y los regalos que tenemos son el conocer a gente, el vivir.

N: La vida…. que sea como sea, es maravillosa. Todo lo que sea que da, lo da en el momento y con la intensidad precisa. Que todo lo que tú le entregas, ella te lo devuelve. Que es única y mágica. Hay que esforzarse, sacrificarse, estudiar y prepararse siempre lo mejor que puedas, porque nunca sabes cómo será tu futuro. Hay que estar lo mejor preparado que se pueda.

¿Y qué diríais a las personas que ahora se encuentran en una situación parecida, por una enfermedad o accidente, a la que vivisteis vosotros en 2013?

N: Que estén, dentro de lo que puedan, tranquilos. El tiempo todo lo cura y todo lo soluciona. Y que no se preocupen, porque a mí también me parecía que no pasaba y no pasaba, pero al final el tiempo vuela. Y en esa recuperación que parecía que no mejorabas ya has mejorado y esos problemas que tanto te agobiaban y en los que no veías salida, se terminaron por resolver. Además, tu mentalidad de agobio no va a ayudar a resolver nada, así que es mejor que aprendas a relajarte.

S: Que es muy importante la actitud con cómo tú afrontes las cosas. Evidentemente hay situaciones más fáciles y la nuestra quizá lo fue porque tuvimos a toda la familia alrededor. Y nuestro final, pese a la discapacidad que le ha quedado a Nico, es feliz. Eso es lo que nos hace mantener nuestra actitud, que es lo más importante. Todo pasa y esa situación, con el tiempo, no vas a verla tan dura como fue. Que de todo se sale y de todo se aprende.

L: Creo que es muy importante tener a la familia y a los amigos a nuestro lado. Tener con quien apoyar el hombro o llorar. En nuestro caso, el hecho de que sea un final feliz, es gracias al propio Nico. Él fue el que salió de esa situación y suele decir que tenía un clavo ardiendo al que o se agarraba o se soltaba y se caía. Y decidió tirar para adelante pese a que se le cerraron muchísimas puertas, como ha dicho. Pero ha abierto otras y ahora viaja por medio mundo él solo. A veces somos nosotros mismos los que nos cerramos las puertas y hay que arriesgar y confiar en nosotros.

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