Familia Ibarrola Albizula

Familia Ibarrola Albizula

Dorleta y Joseba nos abren las puertas de su casa, el Caserío Zubiako, en Saratxo (Araba/Álava), donde tienen una explotación ganadera de venta de carne. Nos cuentan su experiencia, junto a sus cuatro hijos/as, Urko, de 14 años, Luisa, de 12, Ángela, de 11 y Néstor, de 9 años

“Lo que igual más cuesta es ese día que estás disfrutando de unos amigos o la familia a los que tienes que abandonar por las vacas”

“Educar a unos hijos en un caserío creo que es mil veces más sencillo que en una población algo numerosa”

Viendo las edades tan seguidas de vuestros hijos/as… ¿cómo fueron esos primeros años?

Dorleta.- Recuerdo el cansancio de las noches sin conseguir un sueño de ocho horas seguidas,… y también del disfrute de verlos pasar a cada uno por una época que acaba de dejar otro,  lo imposible que resultaba llegar a la hora a los sitios, el sentirte tan lleno viéndolos.

Creo que lo peor fue pasar del primero al segundo. En ese caso uno mas uno no eran dos, eran once. Menos mal que la familia siempre la hemos tenido pegada…  cuando pasamos el susto del primero al segundo, luego era mucho más llevaderos el tercero, cuarto, creo que es mas fácil ir sumando.

Joseba.- Sí era trabajo, la verdad, teníamos mucho apoyo de toda la familia, teníamos mejor edad y sarna con gusto no pica.

Pero ahora, con la edad que tienen, es de suponer que echarán una mano, incluso en el negocio familiar…

D.- El vivir en un caserío y además con negocio familiar,  como educador y padre  te induce a que participen; muchas veces es difícil, sobre todo cuando te encuentras de frente con otras preferencias por su parte: salir con los amigos, jugar,… o estar sin hacer nada, pero creo que es la pelea diaria: ¿cómo lo puedo hacer para que sin darse cuenta vayan cogiendo la costumbre de echar un cable?

J.- La verdad es que son buenos chavales: se encargan de los perros, gatos, gallinas, dos caballos (que son de ellos) antes de ir a la escuela y cuando hacemos lo de la carne suelen echar un cable.

Y cómo resumirías un día cualquiera en vuestra familia?

D y J.-  Hay que levantar primero al mayor que va al instituto, luego pelearte con los demás porque les cuesta mucho más aunque ha encontrado un método infalible su padre para conseguirlo: les echa crema hidratante si no lo hacen. Las prisas para que consigan terminar con sus obligaciones antes de coger el autobús. Luego a la tarde cuando vienen controlar que hagan sus deberes, mas a unos que a otros, merendar, llevarles a las actividades extraescolares, la ducha, la cena y por fin la paz de la noche: cuando están todos acostados. Unos dedican un rato a la lectura, a jugar, o su padre suele charlar un rato con ellos.

Con una explotación ganadera… será difícil hablar de días libres y grandes vacaciones en familia…

D.- Creo que es algo que hemos asumido ya. Las vacaciones de familia se pueden resumir en cuatro días que el año pasado nos fuimos desde hacía  siete. Lo que igual más cuesta es ese día que estás disfrutando de unos amigos o la familia a los que tienes que abandonar por las vacas.

J.- Es una explotación de vacas de carne y, aunque no se puede cerrar como una tienda, sí que hay algunos días de menos trabajo y algunos días de vacaciones también disfrutamos, hay épocas más llevaderas.

¿Cuáles consideráis que son las principales ventajas e inconvenientes de vivir en un caserío apartado?

D.- Para mí no hay más que ventajas. Cada vez echo menos en falta  el ruido de un pueblo o el movimiento. Y educar a unos hijos en un caserío creo que es mil veces más sencillo que en una población algo numerosa. El inconveniente puede ser que hasta que no se defienden con la bicicleta dependes demasiado del coche.

J.-  Vivimos a 2 o 3  km. de Amurrio y a 3 ó 4 de Orduña, la comunicación es buena, empiezan ya a ir a los sitio en bici o andando. Al ser 4 y muy seguidos juegan mucho juntos, también se pelean. Decidimos no tener tele y eso hace que cuando el tiempo lo permite están siempre en la calle.

¿Qué creéis que les aporta a vuestros hijos/as vuestro estilo de vida y las exigencias de un mundo como el ganadero?

D y J.- A parte de la carne, ponemos huerta, hacemos pan, pasteles de nata de la leche que nos trae otro ganadero, embotamos mermeladas, bonito,… creemos que comemos sano. Además ellos ven que con tantas tareas no se pueden quedar quietos y tienen que ayudar. Creemos que haciendo muchas cosas desde pequeños servirá en la vida porque no les va a costar tanto. Ellos ven que haciendo lo que te gusta el trabajo es más llevadero.

Como en tantos sectores, estaréis notando la crisis…, cómo lo sobrelleváis?

D y J.- No nos podemos quejar, porque cada vez que matamos un animal no nos suele sobrar carne, aunque la verdad hace meses había más alegría.

Porque hay que ser valiente y decidido para mantener e impulsar cualquier negocio…

D y J.- El impulso de este negocio venía desde atrás. Llevábamos tiempo vendiendo carne de nuestros animales y observábamos que la gente quería confianza en el producto, y hasta la fecha la carne está saliendo buena y este sistema de venta directa nos exige hacerlo mejor, y aprender cada día. Creemos que hay que vivir con ilusiones y proyectos.

Por cierto, hay que recordar a los socios/as que tienen un descuento del 10% para asociados en la venta de vuestros productos cárnicos…

D y J.- Se nos ocurrió que si nuestra familia come carne sana, por qué no los socios de Hirukide y a la vez hay mucho cliente potencial, algunos ya la han probado.

Porque en esta época de crisis una ayudita nunca viene mal, ¿soléis beneficiaros de los acuerdos de descuentos de Hirukide?

D y J.- Siempre que podemos, nunca viene mal.  Pero creemos que sería también beneficioso animar a las familias numerosas a crear  asociaciones dentro de la misma localidad para impulsar esfuerzos juntos en una misma dirección en el entorno donde nos movemos más habitualmente.

Y en cuanto a nuestros gobernantes, ¿cuál es la mayor reivindicación que les haríais?

D y J.- Que hablan mucho de sostenibilidad, medio ambiente, etc., pero los transportes públicos para una familia numerosa son carísimos y que  piensen que una familia que se compone de  mas miembros no debe salir perjudicada de la dinámica social.

Si os encontrarais ahora con vuestro alcalde, diputado general o el lehendakari… ¿qué les diríais?

D y J. –  Que la gente de a pie vive con un sueldo normal, más alto o más bajo y que ellos, desde el puesto donde han elegido estar y gestionando dinero público, deberían dar ejemplo y ser más austeros y más responsables.

¿Consideráis que están tratando y amparando a las familias con hijos/as como se debe desde las diferentes administraciones?

D y J.- A nuestra alcaldía debemos agradecerle que impulse actividades en el municipio y a la hora de pagarlas se acuerde de las familias numerosas, pero que aún quedan muchas más. Sentimos como que hacen algo, pero no todo lo que podrían, que se quedan demasiado cortos.

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