Javi Sierra

Javi Sierra

Cocinero, presentador de televisión y padre de familia numerosa

Desde que aterrizó en ETB con “Juego de Cartas” y posteriormente “El Club del tupper” es uno de los rostros más conocidos de la televisión pública vasca. Lo que pocas personas saben es que, además de cocinero y presentador, es padre de familia numerosa, con un pequeño de 4 años, una mediana de 10 y el mayor de 12.

 

“A nivel laboral, a veces es complicado el hecho de que mis hijos y familia sean para mí lo más importante que hay en mi vida”

“Para mí una de las cosas más importantes es la educación y, sobre todo, la educación en la mesa”

 

Viendo tu imagen impasible ante los platos y tuppers que pruebas en tus programas, pocos saben que eres un padrazo…

Pues lo intento y me gusta. De hecho, tengo muchos amigos que me dicen “Javi, tú no haces otra cosa más que trabajar y estar con tus hijos” y es cierto. Cualquier día que tengo libre es para disfrutarlo con mis hijos y hacer cosas con ellos. Yo he tenido la vivencia de que mis padres eran empresarios también y pasaban mucho tiempo fuera y a mí me quedó eso… y por mucho que trabaje, voy a intentar disfrutar al máximo siempre de mis hijos. Para mí, mi máxima prioridad son ellos. Todo lo que hago lo hago con ellos. Tengo mis vacaciones cuando cerramos los restaurantes dos veces al año y esos días son por y para mis hijos.

¿Y cómo eres como padre?

Bufff, no sé. Soy muy estricto con muchas cosas; no tolero una falta de educación de mis hijos, sobre todo en la mesa. Para mí la educación en general y los valores que inculcamos los padres son muy importantes. Por ejemplo, la humildad, que ni ellos ni yo somos más porque tenga un restaurante, trabaje en la tele o sea conocido. Hablo muchísimo con ellos de todo y les digo que no sean clasistas, racistas, que traten a todas las personas por igual, que sean siempre humildes y muy educados. Que siempre, un “buenos días, buenas tardes” y un “por favor y gracias”, no nos llevan a ningún sitio, pero es un poco nuestra seña de identidad.

Pero luego, por otro lado, les consiento todo; cuando me piden “venga aita media hora más…” “aita me llevas a no sé dónde…” y siempre accedo y voy haciendo filigranas para llegar. En ese sentido soy mal padre, pero son muy buenos niños, sacan buenas notas, son muy educados y al final es una especie de recompensa.

¿Qué papel juega en tu vida el hecho de ser padre de familia numerosa?

A nivel laboral, a veces es complicado el hecho de que mis hijos y familia sean para mí lo más importante que hay en mi vida. Yo soy una persona muy familiar en general y con la edad que tengo me doy cuenta que cada vez me apetece tener a mis padres más cerca porque ya veo que son mayores, me apetece el disfrutar más de esos momentos que antes preferías ir con un amigo a tomar una cerveza o irte al gimnasio y ahora prefieres irte a dar un paseo con tu padre y estar con él.

Y compaginar todo esto con el ámbito laboral donde intentas también llegar a todo y cumplir todos los compromisos no es fácil. Un día estás grabando en Barcelona y en vez de quedarme y pasar noche allí, como sé que luego tengo tres días de trabajo complicados, pues vuelvo y aparezco en casa a las once de la noche, simplemente para verles a mis hijos media hora, darles un beso y acostarles.

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Ahora que hablas de tus padres, ¿qué valores te transmitieron y considera fundamental transmitir también a tus hijos/as?

La humildad, tratando con respeto a todo el mundo, sabiendo que no eres más que nadie ni por tu posición laboral ni socioeconómica. Y el ser una persona honesta; siempre les digo a mis hijos, “vale más la verdad más dolorosa que la mentira más piadosa”. Y el valor de la familia, la lealtad y la honestidad. Yo, por ejemplo, en los restaurantes nunca llamo a alguien un empleado, son mis compañeros y quienes hacen que esto salga adelante. Yo, por muy buen cocinero que sea, por muy buen gestor que sea, por mucho nombre que tenga, si no tengo un equipo de compañeros que a su vez están tirando del carro conmigo, no sirve de nada el resto. Al final, esos valores que me han transmitido mis padres y mis abuelos, son los que yo intento inculcarles a mis hijos.

¿Y con tus hijos/as cuáles son tus momentos más especiales?

Como dije hace tiempo en una entrevista y sin ánimo de que se malinterpretara, el mejor momento de mi vida ha sido el confinamiento, ya que pude disfrutar de mis hijos todos los días. Durante varios meses, las 24 horas, despertándome con ellos, acostándoles, levantándoles, preparando el desayuno y la cena, leyéndoles un cuento antes de irse a dormir… Eran cosas que yo en mi día a día normal, no lo podía hacer con la frecuencia con la que me hubiera gustado hacerlo.

Un plan o afición que tenemos es ver Juego de Cartas. Para eso, cambiamos el día de librar de los restaurantes, primero los domingos por la noche y lunes y ahora los jueves. Es nuestro momento de tortilla de patata y ver Juego de Cartas los cinco juntos. Yo me olvido de que al día siguiente me tengo que levantar a las siete de la mañana para llevarles al cole a las ocho y que luego me quedan quince horas por delante de trabajar.

En su día, Pedro Subijana nos afirmó que «comer en familia es tan importante como ir a la escuela»… ¿Lo secundas?

Sí, como he comentado, para mí una de las cosas más importantes es la educación y, sobre todo, la educación en la mesa. Cuando nos sentamos a la mesa, se dejan los móviles, se apaga la televisión, nadie coge una táblet… y hablamos de lo que nos ha pasado en el día. Es un momento importante, porque creo que igual es el único momento del día en el cual la familia puede disfrutar sin tener ninguna obligación, más que comer. Está reunida y se puede hablar y en mi casa nadie se levanta de la mesa hasta que el último ha terminado de comer.

Y hablando de comida… ¿Cómo has pasado estos casi dos años de pandemia como cocinero y empresario en tus restaurantes?

He tenido todo cerrado en diferentes momentos. Ha sido un palo importante. En nuestro caso, teníamos todo completo para 14 meses cuando nos cerraron el 12 marzo de 2020. Con una lista de espera de 14 meses, hubo que llamar y anularlo todo…Fue complicado empresarial y económicamente, aunque lo hemos podido llevar. Pero luego te decían que podías abrir, luego que no, después que al 30% o al 50% de aforo… o de repente entrabas en código rojo y no podía entrar nadie, como ocurrió en Laguardia.

Una situación complicada, también para todo el equipo de trabajo, que se vieron en un ERTE, con su economía menguando y tardando cuatro meses en cobrar la ayuda por el desbordamiento de la Seguridad Social. Yo por suerte he podido compaginarlo con mi trabajo en la televisión, aunque con jornadas de trabajo muy largas por las medidas de seguridad que adoptamos, gracias a las cuales en toda la grabación del Club del Tupper y Juego de Cartas no se ha contagiado nadie del equipo.

Y entre estas grabaciones, tu trabajo en los restaurantes y demás compromisos, ¿te está siendo posible conciliar?

Es mi mujer la que me apoya. Es ella la que se hace cargo de los nenes, aunque yo me levanto a las siete, les preparo el desayuno, la ropa, los llevo al colegio, pero luego es ella la que se tiene que encargar del día a día; extraescolares, estudios, exámenes y compaginar lo de todos. Si estuviera yo solo, sería imposible. No hubiera podido. Aquí no tengo a mis padres ni a mis hermanos, que han sido un apoyo importante.

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Para muchas familias este problema de la conciliación es uno de los principales escoyos para tener hijos/as, ¿crees que desde las instituciones se podría hacer más?

Las Instituciones deberían facilitar a las empresas y empresarios a que familias con cierto número de hijos vieran cubiertas sus necesidades específicas. Pero luego hay casos, como el centro donde estudian mis hijos, que hace tres años decidieron implantar la jornada continua y ahora salen a las 14:00, 14:15 y 14:30h y hay muy pocos puestos de trabajo en los cuales tú puedas disponer para salir a esas horas.

Luego salen las cifras que dicen que hemos tenido un índice de natalidad muy bajo, pero claro, tú haces un análisis y dices, a mí me encantaría tener tres o seis hijos, pero para eso tengo que tener una posición laboral más o menos estable y la situación laboral hoy es la que es y la económica, por desgracia, es la que es y hoy en día las parejas tienen los hijos casi a los 40 años.

Desde tu experiencia, ¿qué consejo daría a los padres jóvenes que quieran formar una familia numerosa?

Les diría que adelante… Yo me estoy planteando ir a por el cuarto. Soy súper familiar y tener en casa un chiquitín danzando, hay gente a la que le estresa, pero a mí me da vida, me da alegría. Ayer le dije a mi hijo de 4 años recién cumplidos “¿te cuento un secreto? ¿Sabes que estoy enamorado?”. “¿De quién, de mamá?”, me preguntó. “No, de ti”, le respondí. “Pero si no puedes, que soy tu hijo”. “Precisamente por eso”, le contesté. Y son esos momentos en los que dices bufff, ya puedo tener los problemas que tenga, ya puede haber mil problemas, es simplemente llegar a casa, abrir la puerta y que vengan corriendo y te den un beso, en ese momento ya se me olvida todo.

¿Qué consideras que aportamos las familias numerosas a la sociedad?

Uno importante es el consumo. Generamos un consumo superior, ya que cuando en mi caso salimos a comer o al cine o a comprar ropa, lo hacemos por cinco. Al margen de aportar un número en el índice de natalidad, que puede mejorar las estadísticas, en lo que nos acontece

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