Psicóloga sanitaria y escritora (acaba de lanzar su último libro Frena a tiempo y alcanza tu meta), es especialista en gestión emocional y estrés familiar, temas clave para las familias numerosas.
“Nuestro objetivo como progenitores es que nuestros hijos no nos necesiten, que sean autónomos, seguros, independientes y resolutivos, cuanto antes mejor.”
“Lo primero es formarnos, trabajar en nuestra propia estabilidad psicológica, para liberar emociones negativas, tensiones, gestionar pensamientos y aprender de nuestras vivencias pasadas”
Yolanda, en tu charla para Hirukide has destacado la importancia del autocontrol y la gestión del estrés en las familias, ¿por qué crees que es tan fundamental que trabajemos en nuestra inteligencia emocional como progenitores?
Es fundamental conocer cómo funciona nuestro cuerpo, nuestra mente y detectar nuestras necesidades. Además, como progenitores identificar las emociones y necesidades de nuestros hijos e hijas y enseñarles a tomar conciencia, a regularlas y dirigirlas hacia comportamientos que les lleven a lograr sus objetivos y aumentar su bienestar personal, social, académico y familiar.
Así sabrán enfocar esa energía emocional y corporal en su propio beneficio y sentirse cada día mejor. Es la mejor herencia que les podemos dejar a nuestros hijos: gestionar adecuadamente su salud mental, junto a una buena educación.
¿Hasta qué punto es importante como progenitores tener un mínimo de formación psicológica para auto conocernos y ayudar a nuestros hijos/as?
Es la base, como las raíces de un buen olivo. Somos el mayor referente para nuestros hijos e hijas. Ellos comienzan siendo como una rejilla y nosotros el hormigón sobre el que se van a apoyar, crecer, conocerse, adquirir recursos, ganar competencias y seguridad.
Nuestro objetivo es que no nos necesiten, que sean autónomos, seguros, independientes, resolutivos, cuanto antes mejor. Lo deseado es que nos elijan, desde la libertad. Paso a paso, ellos irán completando su propio hormigón hasta poder eliminar esa rejilla.
Porque, a menudo sentimos que nuestras emociones afectan directamente al clima familiar, ¿cómo podemos convertirnos en modelos de gestión emocional positiva?
Para mí la clave está en el autoconocimiento y la psicoeducación, adquirir recursos, herramientas para poder aplicarlas, con la certeza de que lo estamos haciendo lo mejor que podemos y con mucho amor. Hoy en día, es sencillo formarse y tener herramientas para hacerlo bastante bien.
Os invito a entrar en mi web en la zona de formación online, hay múltiples recursos y muy muy eficaces, que se aplican desde ya, a diario, y que comprobamos en nuestra propia familia y vida cómo funcionan y nos hacen la vida mucho más fácil a todos los miembros.
¿Y qué estrategias nos recomiendas para gestionar los retos emocionales?
Escuchar al cuerpo y aprender a relajar nuestro sistema nervioso autónomo y entrenar recursos cognitivos, emocionales, sociales, es fundamental para obtener una base psicológica sólida, mayor estabilidad y tolerancia a la incertidumbre, a la que estamos sometidos a diario con los sucesos, acontecimientos difíciles, duros o traumáticos que la vida nos presenta como auténticos retos. De este modo, evitaremos que otras personas acaben sufriendo las consecuencias de nuestra inestabilidad psicológica.
Recientemente has publicado el libro “Frena a tiempo y alcanza tu meta”, en el que ofreces ejercicios prácticos. ¿Cómo pueden ayudarnos a reducir el estrés familiar?
En gran medida, si aprendemos a relajar nuestro desregulado el sistema nervioso, a gestionar nuestros pensamientos improductivos y a minimizar nuestra ansiedad, miedo, enfado, impotencia, frustración o tristeza, reducimos nuestro propio estrés y no estaremos tan irritables; no reaccionaremos a pequeños estímulos diarios a los cuales podemos aprender a responder desde la calma, con serenidad y aplicando la asertividad.
En él señalas que el cuerpo es clave en la regulación emocional. ¿Qué papel juega en nuestra estabilidad emocional y cómo puede influir en nuestras familias?
Trabajar nuestras sensaciones corporales, escuchar nuestro cuerpo, ser conscientes de esa tensión muscular, respiración entrecortada, boca seca, presión en el pecho, cefalea tensional, fuerte dermatitis, de la gastritis crónica, etc., es necesario porque forman parte de nuestro instinto de supervivencia y autoconservación. Esa energía tensionada nos pone en acción ante la amenaza percibida interna o externa.
Si acumulo estrés, desregulación, se movilizan mis emociones negativas (ansiedad, miedo, ira, tristeza, frustración) aumentan y mis mecanismos de defensa no resistirán y saldrán a la conciencia, afectará a nuestro neocórtex encargado de pensar, reflexionar y del buen hacer de nuestras funciones ejecutivas, atención, concentración, planificación, memoria, toma de decisiones etc. Esto es el caldo de cultivo para aumentar nuestro malestar y sufrimiento diario.
Necesitamos el equilibrio entre los tres cerebros, corporal, emocional y pensante para alcanzar nuestro bienestar.
De los 40 ejercicios prácticos que incluyes en el libro, ¿hay alguno que consideres especialmente útil o importante para destacarlo?
Si tengo que elegir, me quedo con el Sabio Zorro Rojo, porque es la suma de todos ellos. Para llegar a identificarnos con este animal, hay que entrenar e interiorizar todos los otros animales, sus recursos y además porque la idea de este animal, surge de la generosidad de algunos pacientes al hacerme partícipe de que me ven así y en honor y agradecimiento a ellos, es mi preferido.
Como conclusión, son útiles aquellos que necesitamos poner en práctica y nos funcionan, tenemos donde elegir.
Incides en la prevención para evitar intervenciones complejas. ¿Qué acciones sencillas podemos implementar para construir un equilibrio emocional estable?
Lo primero es formarnos, trabajar en nuestra propia estabilidad psicológica, para liberar emociones negativas, tensiones, gestionar pensamientos y aprender de nuestras vivencias pasadas.
Lo segundo es adquirir recursos, utilizar la lógica, formar un gran equipo educativo, un equipo que corrige o debate sus diferencias en privado, aplicar normas, límites, con mucho afecto, amor.
Hablaste en tu charla sobre el estrés positivo y el negativo. ¿Cómo podemos transformar las presiones diarias en oportunidades de crecimiento y aprendizaje familiar?
Enfocando esas situaciones como retos, ya que el lenguaje da forma a nuestra vida, procede de nuestros pensamientos y creencias, es importante cómo enfocamos aquello que nos sucede y cómo lo abordamos. Y, de aderezo, grandes dosis de paciencia, mucho autocontrol, aplicando herramientas y estando muy presentes para conectar.
En un hogar con varios hijos/as, los conflictos entre hermanos/as son a veces inevitables. ¿Qué podemos hacer para enseñarles a resolverlos de manera empática y constructiva?
Ayudarles a expresar cómo se sienten, a que aprendan a expresar sus opiniones, a poner límites, a decir que no, a cuidarse a sí mismos, a gestionar sus emociones y pensamientos. En definitiva, acercarles a los espacios donde puedan aprender y adquirir múltiples herramientas para lograr ser competentes a nivel cognitivo, emocional y social.
Hoy en día, observo que acuden a terapia a edades más tempranas y con muchas ganas de aprender, es muy alentador.
Porque, ¿qué hábitos o rutinas sencillas podemos incorporar para fortalecer el vínculo con nuestros hijos e hijas y entre ellos mismos?
Para mi hablar de vínculo es hablar de conexión. Y para lograr algo tan bello, es necesario escuchar activamente, no juzgar, respetar su personalidad, las diferencias; ayudarles a reflexionar con el arte de preguntar, que es una de las habilidades más útiles junto a la empatía; el feedback y hacer una buena crítica constructiva. Corregirles en privado y elogiarlos en público y en privado. No tocar su ser, enfocarnos en la mejora de lo que hacen o dicen.
Y, sobre todo, transmitirles nuestra mirada incondicional hacia ellos, esa mirada que no solo se transmite con la comunicación verbal, sino también con la no verbal; más sincera aún que la primera y que cuando ambas van de la mano es coherente.
Por último, ¿qué te gustaría que las familias que nos leen se lleven tras esta entrevista o leer tu libro?
Una base psicológica fuerte, autoconocimiento y estabilidad emocional, así como recursos útiles, eficaces que van a contribuir a su satisfacción en la vida, aumentando su bienestar personal, familiar, social, laboral y el de sus seres queridos.
Ganas de más, más autoconocimiento, más curiosidad por avanzar, desarrollar compasión, autocompasión y aceptación, tan necesarias para vivir en y con serenidad.
Si nos cuidamos vamos a poder cuidar mejor; si estamos bien, los nuestros y los que nos rodean van a estar mejor. ¿Hay algo más importante en esta vida?