Familia Solla Ochandiano

Familia Solla Ochandiano

Kaitin y Pablo nos presentan la extraordinaria familia que han formado junto a sus cinco hijos/as (20, 18, 15, 12 y 8 años), los cuatro primeros adoptados, y que ahora han ampliado temporalmente, al acoger a una familia ucraniana de cinco miembros.

 

 “Yo creo que el secreto de nuestro éxito ha sido constituir una familia de diferentes orígenes sin que nos importe este”

 “Aunque parezca una frase hecha, sinceramente creo que nosotros salimos ganando con la experiencia”

 

En primer lugar, ¿cómo puede organizarse una familia con siete miembros para acoger a otra de cinco personas?

La verdad es que no ha supuesto ningún esfuerzo.  Tenemos la suerte de tener una casa con un trozo de campa y con todos los que somos, ya estamos acostumbrados a que haya mucho follón.  Somos 7 pero entre familia, amigos, amigos de los niños…siempre hay alguien más para comer y/o dormir en casa así que estamos acostumbrados al lío. ¡Y nos encanta!

Pero bueno, remontándonos primero a vuestra familia. ¿Cómo os decidisteis a optar por la adopción?

Tenemos una amiga que trabajaba en un centro de acogida y nos contaba sus experiencias allí.  Así que cuando nos planteamos formar una familia, la adopción fue nuestra primera opción.

¿Y qué os impulsó a seguir teniendo hijos/as y adoptarlos?

Lo bien y gratificante que fue la experiencia.  La primera experiencia fue genial, pero es que las siguientes también lo fueron, así que no vimos motivos para parar, jajaja…

De los cuatro procesos en general, ¿qué destacaríais?

La ilusión con la que emprendimos cada proceso.  Por no hablar de la experiencia que supone viajar, conocer gente, hablar otros idiomas, y por supuesto, recibir a tu hijo “muerto de amor”.  Es sin duda lo mejor que hemos hecho en la vida.

¿Habéis tenido especiales dificultades o retos que superar en alguno de ellos?

Ninguno en particular. Hemos tenido las mismas dificultades de cualquier familia: Bebés, logística familiar, conciliación, estudios, adolescencias, etc.

Yo creo que el secreto de nuestro éxito ha sido constituir una familia de diferentes orígenes sin que nos importe este, es decir, simplemente una familia. Nos queremos todos y punto, No hay que presuponer nada por el hecho de ser adoptados. También ellos nos adoptan a nosotros como padres y por eso somos súper afortunados.

Foto Solla web

Y después de todos/as…, llegó Guille

Pues igual que el resto, un motivo más de felicidad. Todos encantados de recibir a su hermano, pero sin el aliciente del viaje. Jajaja. Cuando fuimos a china a por Cecilia nos fuimos con sus tres hermanos mayores y fue un viaje impresionante.

Cuando les dijimos que íbamos a tener un hermano lo primero que preguntaron fue a ver de dónde era y a dónde había que viajar.

Les haría muchísima ilusión…

¡Muchísima! Le han cuidado genial.  Y eso que ahora que es más mayor, como buenos hermanos, se quieren mucho y también discuten mucho.

¿Y qué tal la experiencia en general, después de estos años?, ¿qué diríais a las familias que se estén planteando adoptar o acoger?

¡¡Que no lo duden!! Pero claro, esto es lo que a nosotros nos ha funcionado, Cada uno tiene que valorar sus ganas, miedos, capacidades, etc.  ¡Lo que a uno le funcione, eso vale!

Y hablando de acoger…, contadnos un poco cómo surgió la idea de acoger a una familia de Ucrania.

No lo dudamos, teníamos sitio y ganas.  El Gobierno Vasco habilitó una dirección de correo electrónico y nos inscribimos. Tres días después ya estaban aquí.

La verdad es que ni lo consultamos con los niños, pero cuando se lo dijimos la acogida fue estupenda.  El mayor estaba “independizado” en el piso de abajo y les cedió el sitio sin dudarlo.  Además, ahora acabaremos una obra y todos podremos acomodarnos mejor porque habrá más sitio.

El pequeño escondió sus muñecos de pitufos para que nadie los tocara, pero nada más, jajajja…

Nos sentimos muy afortunados y tenemos tanta suerte en esta vida que no podemos más que contribuir a hacer un poco mejor la de los demás.

¿Cómo lo llevasteis a cabo?

Nos avisaron un sábado que el lunes venía una familia.  El domingo a la mañana se empezaron a presentar familiares, amigos y conocidos y entre todos organizamos la limpieza, camas, ropa, comida, etc.  La colaboración de la gente ha sido excepcional ¡y también nos sentimos afortunados por tener tanta gente que nos ha ayudado alrededor!  Lo único bueno de las grandes tragedias es la gente.

¿Y cómo es la familia?, ¿qué parentesco tienen?

Están Valda (51), que es la madre de Veronika (27) y Andreii (14).  A su vez, Valda ha venido con su amiga Yulia (51) que ya estando en Bucha se quedó sin casa… Y también ha venido Rehina, la cuñada de Veronika, que tiene 15 años.

Son una familia estupenda. Amables, educados, colaboradores y a pesar de las circunstancias, muy divertidos.  Además, tienen mucha energía y ganas de hacer cosas, de aprender el idioma, hacer turismo… ¡una gozada!  Unos días cocinan ellos, otros nosotros, otros hacemos un picoteo… Funcionamos muy bien y muy fluidamente, todos juntos hacemos un gran equipo.

Así que el marido de Valda y el de Veronika, ¿se han quedado en Ucrania combatiendo?

Veronika tenía un apartamento en Irpin y cuando la situación se complicó se fueron a Bucha a casa de su madre.  De allí también tuvieron que huir después de estar 6 días en un sótano sin agua ni electricidad. El día 10 de marzo salieron de Bucha y el 18 llegaron a Getxo. Cuentan que la salida tanto de Bucha como por los corredores verdes fue dramática, pero consiguieron llegar a Krakovia y de ahí en bus a España.

Sus maridos se han quedado allí y el marido de Veronika está combatiendo. Cuando contactan, no les dejan decir dónde están ni cuál es la situación, así que solo hablan del futuro. Les tranquiliza saber que en ese momento están vivos, pero no saben qué pasará al minuto siguiente.

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¿Y cómo están las cinco?, ¿cómo se están amoldando?

Sorprendentemente bien. A veces lloran y sufren por la familia que han dejado allí, pero son unas luchadoras y se obligan a reírse y a sobreponerse cada día.

Rehina ya se ha apuntado a un equipo de natación sincronizada que era lo que hacía en Ucrania y todos van a clases de castellano; Yulia quiere bailar bachata y a Valda le encantan las flores como a mí, así que tenemos el jardín precioso y ahora estamos preparando la huerta.

¿Y vosotros, la familia? Porque van pasando las semanas…

Nosotros estamos felices de verles bien a ellas.  Estamos tranquilos y disfrutando de la experiencia.

¿Las instituciones están colaborando?

En este caso las asociaciones y las familias vamos por delante de las administraciones, pero espero que en breve consigan instaurar un sistema de acogida más eficaz y adecuado.

¿Qué es lo que creéis que más les estáis aportando?, ¿y ellas a vosotras?

En nuestro caso el alojamiento es lo de menos, creo que les aportamos tranquilidad y una seguridad de la que no han disfrutado desde que salieron de su país. Saben que se pueden quedar todo el tiempo que necesiten y que mientras podamos, no les va a faltar nada material. Evidentemente, lo que ellas necesitan es volver con su gente, pero mientras tanto, este es su sitio.

Y aunque parezca una frase hecha, sinceramente creo que nosotros salimos ganando con la experiencia. Nuestros hijos son mejores personas después de esto, ¡¡¡sin duda!!!