Iñaki Perurena

Iñaki Perurena

Ha sido el harrijasotzaile más famoso y principal impulsor de este deporte, el actor que más ha durado en una serie de televisión en Euskadi y el Estado, ganadero, carnicero y así, un largo etcétera… Pero si nos acompaña en estas páginas es por haber sido padre de tres hijos/as.

 

“Me da mucha pena no haber sacado tiempo entonces para atender debidamente a mi familia y al deporte”

 “A mis hijos yo les he intentado enseñar honestidad, que en esta vida hay que trabajar y hacer bien el trabajo”

 

Además de harrijasotzaile, carnicero, actor, presentador… Iñaki Perurena, según la normativa actual, sería padre de familia numerosa.

Bueno, sí, según el concepto actual de familia numerosa, que es a partir de tres hijos. En mis tiempos había que tener 5 o más hijos para serlo.

¿Y qué edad tienen tus hijos ahora? Estarán ya creciditos.

Y tanto; tengo uno que mide 1,95 m., fíjate si está crecido. El pequeño tiene ya 29 años, el siguiente 32 y la mayor 33.

Y además ahora tienes dos nietas ya… ¿qué recuerdas de cuando tus hijos tenían su edad?

Pues tengo un recuerdo que me da mucha pena ahora, desde el punto de vista actual. En esta vida muchas veces por inercia tenemos que seguir por unos caminos… A mí se me había inculcado la cultura del trabajo por parte de mis padres. Entonces, el trabajo era la prioridad y además yo tenía varios trabajos. Luego, en los ratos libres, atendía un poco a la hija, al deporte… Pero me da mucha pena no haber sacado tiempo entonces para atender debidamente a mi familia y al deporte. Mi vida ha sido un conglomerado de cosas que las he ido haciendo deprisa, sin dedicarles el tiempo necesario a cada una.

Tenías entonces una vida tan frenética como la que tienes hoy en día…

Pues sí. Entonces ya había empezado con la carnicería, pero luego queríamos tener también ganadería, se me venía encima lo de la piedra y además me casé pronto y vinieron los tres hijos… Mi mujer los tuvo que criar casi ella sola, porque yo trabajaba mucho entre semana y los fines de semana me cogía mi vehículo con las piedras, me iba a hacer demostraciones y llegaba a la noche a casa y los hijos estaban ya en la cama.

Y viendo ahora a los tres crecidos, ¿qué crees que es lo mejor que les has enseñado?

Pues no sabría decir…, ni lo mejor, ni lo peor. Buenamente, a mis hijos yo les he intentado enseñar honestidad, que en esta vida hay que trabajar y hacer bien el trabajo y, luego, hay que vivirla con intensidad.

Se ve que tú para ellos sí que has sido un ejemplo, porque de los chicos, uno te ha salido harrijasotzaile y el otro actor… Tus dos principales dedicaciones al margen de la carnicería.

Cuando eran pequeñitos, los tres en casa jugaban con las piedras y uno de ellos ha cogido solamente el camino de la piedra. Lo de actor, pues en un momento, después de que estuviese ya encaminado en la carnicería trabajando unos años, dijo que quería ser actor, ahora tiene una pequeña productora. Mi hija ha seguido por otros derroteros y al final, que cada uno siga por donde sea mejor para sus vidas.

¿Les diste algún consejo a cada uno en lo suyo?

A ver, cuando eran pequeñitos, no les podía dar consejos, porque eran pequeños y ya, cuando han llegado a unas edades mayores, en balde les das consejos, porque ya no te escuchan. Te dicen, aita tu eres ya de otra época, las cosas han cambiado…

Y cuando eran pequeños, ¿qué te supuso más desvelos, lograr superar los 300 kilos o educarlos?

A ver… aunque yo estaba cerca, el rol de educarlos lo ha tenido que hacer mi mujer, por las circunstancias que he comentado antes, de que parece que por inercia, cuando tienes un compromiso, tratas de cumplirlo y se te amontonaban esos compromisos del trabajo, la familia, el deporte… y ahora cuando lo ves con una perspectiva posterior, te da pena que no les hayas podido dedicar el tiempo suficiente.

¿Qué valores o virtudes consideras más importantes o necesarios para transmitir a los hijos en general?

Pues yo diría solo una palabra: Respeto. Y partiendo de ahí, creo que podemos ir hilvanando muchos otros valores. Respeto, por cómo han ido ocurriendo las cosas, entender muchas veces por qué las cosas no han salido tan bien como se supone que deberían de salir, pero siempre hay explicaciones.

En una sociedad como la actual, donde muchas veces quieren lograrse las cosas de forma rápida y a veces poco ética, ¿qué crees que está fallando? Estamos haciendo algo mal los aitas…

No, no…, lo que acabo de decir. Y ahí la lección nos la da el deporte. Si tú no te sacrificas, si tú no trabajas, difícilmente vas a encontrar resultados. Y eso lo podemos aplicar a cualquier otra faceta de la vida.

Porque hablar de esfuerzo y constancia, tan presentes en toda tu trayectoria profesional, ahora a muchos jóvenes y no tan jóvenes les suena a chino…

Pues, si a los chavales de ahora el esfuerzo y trabajo les suena a chino, apaga y vámonos. También puede ser por edades. Yo veo aquí por los grupos que me visitan de colegios, que te vienen grupos de chavalines muy jovencitos y se prestan a cualquier cosa con muchas ganas de hacer todo. Y luego llegan otros con unas edades en las que se resisten a dar ese paso y tienes que empujarlos un poquito…

Y en cuanto al deporte, es loable el esfuerzo de tantas amas y aitas para que sus hijos lo practiquen, pero hay algunos quizá demasiado exigentes con sus hijos y sus metas… ¿qué les dirías a esos padres?

Ahí habría que analizar un poquito el porqué de esas exigencias o qué es lo que pretende un aita que haga su hijo. Considero que ahí tendría que educarse tanto al hijo, como al padre. Con una actividad deportiva hay que entender por qué tú vas a hacer ese deporte y un padre que pretende que su hijo sea un campeón, porque es su hijo, malamente lo va a educar bien.

Como hemos comentado, hace un par de años tu hija te hizo abuelo y ahora ya tienes dos nietas…

Sí, tengo dos nietas, la primera de Inaxio y la otra de Xabier. A mí hija dice que todavía no se le ha despertado el espíritu materno…

¿Y consideras que los jóvenes de hoy tienen facilidades u oportunidades para poder formar una familia o tener los hijos que desean?

Bueno…, antes no era fácil y ahora, pues tampoco. Pero nunca ha sido fácil. Ahora se habla mucho de ayudas, pero antes tampoco era fácil. No sé, yo sudé, sufrí y ahora, pues la gente tendrá que hacer lo suyo y entender en parte también que supone esfuerzo y sacrificios.

Por último, ¿qué nos puedes contar de tu caserío, del museo, qué podemos encontrar si lo visitamos en Leitza?

Bueno, no sé si la palabra adecuada es museo…, es un escenario donde a los visitantes yo trato de contarles una historia; de la piedra, del pueblo que ha manejado esas piedras, de los mitos y demás.

Yo en mis ratos libres voy trabajándolo y atendiendo las visitas. Pero no tengo un horario al uso, de mañana y tarde, porque yo entre semana estoy en la carnicería y en la ganadería y el fin de semana, si tengo un grupito, trato de hacer la visita. Para ello, tienen que llamar y preguntar. Pueden mirarlo por internet como Peru-Harri.

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