Joane Somarriba – «Nire amak beti animatu nau asko eta asko lagundu dit txikitatik nituen amets horiek betetzen»

Joane Somarriba – «Nire amak beti animatu nau asko eta asko lagundu dit txikitatik nituen amets horiek betetzen»

«Argi neukan umeak lehenbailehen eduki nahi nituela. Egia esan, bizitzan gertatu zaidan gauzarik onena da»

Ganadora de Tres Tours de Francia (también fue tercera en 2002), dos Giros de Italia (segunda en 2005 y tercera en 2003), un campeonato del mundo (también fue plata en la crono de Madrid’05 y bronce en el fondo de Zolder’03), tres Emakumeen Bira, tres Durango-Durango Emakumeen Saria, un campeonato estatal de fondo y otro de contrarreloj, muestran la dilatada carrera de exitos de nuestra mejor ciclista de la historia. Pero no podríamos admirar esta vitrina de trofeos si no fuera por la gran familia que siempre ha estado junto a Joane…

Nacida en Gernika y criada en Sopelana, eres la segunda de una familia numerosa…

Sí, la segunda de 4 hermanas. Ainhoa, yo, Iraide y Maitane. Las tres primeras nos llevamos año y medio y luego la pequeña 4 años con la anterior… ¡y con padre marino! A mi madre le ha tocado luchar con las cuatro casi sola.

La afición a la bicicleta te viene desde muy pequeña, gracias a tu padre y a tu hermana Ainhoa …

Sí, por los dos. Cuando mi padre venía de vacaciones de la mar, tenía mucha afición a la bicicleta y salía con él a entrenar y de ahí verdaderamente me empezó la afición. Mi hermana mayor empezó antes que yo, pero era la típica que probaba todo tipo de deportes y ella lo dejó y yo continué.

Cómo nos alegramos de que continuaras… ¿Y qué papel ha jugado tu familia en tu exitosa trayectoria por las carreteras de medio mundo…?

Para mí ha sido totalmente fundamental, porque el ciclismo ha sido un deporte de siempre arraigado aquí en Euskal Herria, con mucha afición, pero siempre dirigido al hombre. Es un deporte que la gente apenas sabía que para la mujer había un Giro o un Tour; la gente no veía que una mujer podía competir igual que un hombre. Ha sido muy complicado, porque cuando yo comencé era muy jovencita y aquí apenas había ayudas.
Ahí para mí la familia ha sido fundamental, porque es la que me ha animado a seguir en este deporte; además económicamente no es fácil, porque tienes que competir fuera y si no tienes ayuda es muy complicado. Como en todos los deportes, necesitas siempre una ayuda detrás y en el ciclismo para mujeres no lo había. Además, una mujer ciclista se veía siempre como que tenía poco futuro. Ahora quizá las cosas han cambiado, pero cuando yo era joven aquí no había ningún futuro para una mujer que se quisiera dedicar al ciclismo; por eso después me tuve que marchar fuera, al extranjero, a Italia…

Porque si algo ha habido en tu carrera profesional ha sido tesón, constancia y ganas de superación para vencer las múltiples dificultades que se te fueron presentando…

He tenido problemas físicos, pero no ha sido lo peor. Tuve una lesión y prácticamente veía imposible continuar en la competición. Fue un trago duro, porque para una chavalilla de 18 años con toda la ilusión del mundo y que llevaba el ciclismo en sus venas… pasé mucho con una lesión muy grave de espalda. Pero también me enseñó mucho; el superarme, ser una persona muy constante, ya que la rehabilitación para mí fue muy importante. Trabajé mucho para poder seguir compitiendo.
De mi familia recibí un apoyó total para seguir y continuar. Conseguí coger mucho nivel y empezar a competir, pero me tuve que ir al extranjero al no tener esponsor ni ayudas. Lo peor no fueron los problemas físicos; lo más frustrante después de todo, fue ver que no tenía ningún futuro y me plantee incluso muchas veces dejarlo; habiendo luchado tanto, cuando no ves salida y te ves en un túnel, pues muchas veces me plantee tirar la toalla.
Pero ahí la familia fue fundamental, porque mi madre siempre me ha animado mucho y me ha apoyado muchísimo en cumplir esos sueños que yo tenía desde pequeña de ser una profesional del ciclismo.

Y en el seno de esta familia, ¿cuáles han sido los principales valores y cualidades que te han inculcado?

El trabajo y la constancia, porque de nada vale tener muchas cualidades si no te entrenas y te cuidas. Porque no solamente es el entrenar; deportes tan exigentes te requieren descansar, cuidarse y llevar una buena alimentación. Tienes que tener una cabeza asentada y mucha constancia. En eso mi madre ha sido un gran ejemplo y apoyo.
Yo ahora tengo un niño muy movido y estoy embarazada de 7 meses del segundo y digo, ¿mi madre cómo lo podía hacer? Porque estoy con uno y da tanto trabajo, que digo, ¡qué mujeres más valientes las que han estado solas, con tantos críos y dificultades, y tirando para adelante…! Siempre he sido consciente, pero ahora que soy madre quizá lo eres más.

Desde casi el comienzo estuvo a tu lado el que después de 8 años fue tu marido, Ramontxu, y con el que ahora afrontas el reto de sacar adelante una familia que, ¿llegará algún día a ser numerosa?

Pues, la verdad, es que me ha pillado ya con el primero con 34 años y… bueno, yo la verdad es que por mí estaría encantada. Pero está claro que la situación económica no es sencilla; te tienes que plantear qué hacer. Nosotros no hemos sido corredores que hagan grandes fortunas… y hay que ver, con el trabajo y ahora ya tengo 36 años… pero estaría encantada de tener otro, de ir a buscar a esa niña, porque estoy esperando otro niño…

Fue en septiembre de 2005 cuando colgaste la bicicleta para cumplir este otro sueño de ser madre y empezar una nueva etapa …

Mi sueño era ese, sí. Lo tenía muy claro; ya llevaba 2 años planteándome el dejarlo. Si anteriormente se me había pasado por la cabeza el dejarlo había sido por motivos de esponsor, que no salían los esponsor. Pero luego el equipo Bizkaia ya estaba consagrado y no hacía falta, pero llegó un momento en que tenía las cosas claras y veía que había llegado mi momento de dejarlo, haciendo un cambio de vida. Tenía claro que quería tener hijos cuanto antes. Y así ha sido, por suerte, y la verdad es que es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Y con Ramontxu Glez. Arrieta como padre y Joane Somarriba como madre… será difícil que no siga la saga ciclista…

En cuanto el niño tuvo edad para ir en la sillita atrás, lo llevamos y le hemos hecho cantidad de kilómetros con nosotros. En la sillita va encantadísimo, se lo pasa genial y ha disfrutando mucho de los paisajes. A veces va al garaje y nos pide que quiere salir en la bicicleta,  pero ya veremos cuando tenga que dar él a los pedales; quizá no nos pida tanto la bici. Ya iremos viendo; lo importante es que haga deporte, que esté sano y que sea feliz.

Tú, que has luchado tanto por las mujeres en un deporte como el ciclismo, ¿qué opinas de asociaciones como Hirukide que luchamos ante instituciones y empresas para que se reconozcan y defiendan los derechos de las familias con hijos?

La verdad es que hay un mérito terrible ahí detrás, porque hoy en día, como está la situación, también es muy complicado sacar una familia numerosa adelante y ahí tiene que haber mucho apoyo por detrás. En otro países ves que eso ocurre y que se apoya muchísimo más. Hay que luchar por eso y la labor que hacéis es muy importante.

Por último, desde tu papel de madre, ¿consideras que nuestras administraciones públicas podrían hacer más para velar por las familias con hijos? ¿Qué dificultades te encuentras tú en el día a día?

Se piden más ayudas. La ayudas son poquísimas, mínimas. El tener unos hijos te acarrean muchísimos gastos. Yo desconocía todo esto y son tantos gastos que necesitas ayuda. Es muy complicado que la gente se anime a tener familia numerosa y a tener más de uno o dos hijos. Es muy difícil compaginar el trabajo con los hijos. Hay gente que dice, ¿cómo voy a tener un hijo si al de cuatro meses lo tengo que dejar en la guardería? Todo eso es muy duro y ahí las instituciones y las administraciones deberían luchar mucho más y hacer mucho más de lo que hacen.

Joane, muchas gracias por ser un ejemplo en el mundo del deporte para todos nuestros hijos, por tu tenacidad y constancia y hazlo extensible a toda tu familia.

Hirukide-960